Al menos 419 personas murieron tras el paso por el norte de Filipinas del tifón Parma, superando la cifra de 341 fallecidos por la tormenta tropical Ketsana, que hace tres semanas arrasó la isla de Luzón e inundó el 80 por ciento de Manila.
Según el último recuento oficial divulgado hoy por el centro asistencial del gobierno, la mayoría de las víctimas se produjeron por corrimientos de tierras en la región de Cordillera y sobre todo la provincia de Benguet, a unos 250 kilómetros de la capital.
Además, 51 personas están desaparecidas y otras 184 heridas, mientras que cerca de 75.000 evacuados siguen en centros de ayuda y el número de damnificados supera los tres millones.
Parma, que a lo largo de los últimos 10 días tocó tierra hasta tres veces en el norte de Luzón, derrumbó más de 4000 casas y causó daños en infraestructuras y cosechas valuadas en cerca de US$ 225 millones.
Una semana antes de la llegada de Parma, la tormenta tropical Ketsana vertió en apenas unas horas sobre Manila y 25 provincias de Luzón una cantidad de lluvia muy superior a la media mensual en esta época del año, batiendo el anterior récord de 1967.
De entre las más de 700 víctimas mortales por ambas tragedias, 88 perdieron la vida por leptospirosis, una enfermedad asociada al agua contaminada.
Por otra parte, los meteorólogos filipinos advirtieron esta mañana de que un nuevo tifón, Lupit, avanza hacia el archipiélago y podría tocar tierra a mediados de la próxima semana con vientos huracanados de 230 kilómetros por hora.
Las autoridades han puesto bajo una nueva alerta a todo el norte de Luzón y se realizarán evacuaciones preventivas durante el fin de semana.
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