La papelera Pamer abrió sus puertas para mostrar las nuevas piletas de decantación de efluentes. La obra significó una inversión de U$S 650 mil.
En este marco la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) aumentó los controles en la zona luego de las instalación de Botnia, obligando a Pamer a iniciar una etapa de adecuación.
El gerente de Pamer, ingeniero Luis Soria, explicó que "la puesta en marcha de esta unidad de tratamiento significó un período importante de ajuste". Actualmente Pamer fabrica papel a partir del reciclado, "utilizando unas 2.500 toneladas mensuales de papeles reciclados para las dos máquinas". Una fabrica cartón corrugado que posteriormente es destinado a la confección de cajas; y otra, que produce papel tisú (higiénico y de cocina) "y otros papeles de embalar, tipo tienda, de estraza, para fabricar bolsitas" de panadería o similares.
Al referirse al tratamiento de los efluentes, Soria indicó que en 1987 "se hizo un canal de 300 metros que va por el fondo del río autorizado por Dinama, y así funcionó durante muchos años".
Esta nueva planta "lleva todo el efluente, tanto de la fábrica de papel como de la de corrugado" hasta "un tanque de homogeneización a través de un pozo de bombero". De allí a unidades de flotación y recuperación de fibras. Extrayendo la materia orgánica en suspensión que vuelve al proceso de producción.
En 2004 se plantearon denuncias por el agua suministrada por OSE. A instancias de grupos ecologistas, el MSP intervino en el tema, tomando muestras de la zona cercana a Pamer, donde se encuentra la toma de agua de la planta potabilizadora. En medio de ese clima surgió una serie de denuncias, y se creó una comisión que nunca se reunió. Por eso "lo que arreglaron ahora fue lo que negaron antes, lo que decían que no existía" comentaron a LA REPUBLICA algunos ecologistas locales que participaron de estas instancias y que nunca encontraron eco en sus denuncias.
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