Pese a la lluvia caída ayer, la ganadería sureña sigue atravesando momentos difíciles debido a la extensa sequía que la castiga. Pese a que aún se está en plena época de parición, se calcula que la mortandad de vacas se ha incrementado un 50 por ciento respecto del año pasado.
Algo de alivio trajo la importante precipitación registrada ayer tanto en General Alvear como en San Rafael. De acuerdo con las zonas, cayeron entre dos y siete milímetros de lluvia, situación que en algunos casos puede servir mínimamente para paliar algunas situaciones puntuales.
El caso es que la cruda sequía, que en Alvear, por ejemplo, ha hecho que desde febrero no se registraran lluvias importantes, ha dejado sin pasto muchos campos.
Los más castigados con la mortandad son los campos no organizados, aunque los que tienen mejores recursos también sufren inconvenientes de la falta de lluvias.
En el centro de la ciudad de Alvear, durante la madrugada del domingo cayeron cerca de siete milímetros, y se calcula que en la zona de secano, fuera del área cultivada, cayeron entre dos y cuatro milímetros. Esta última cantidad es la que se registró en San Rafael hasta las 9 de ayer, aunque la precipitación cesó después de las 10.
Fue todo lluvia, y antes de las 7, algo de granizo parecido a granos de arroz pero bien finito.
“La lluvia que hemos tenido viene muy bien. Ha llovido bastante. El que arrancó con vacas más o menos buenas puede solucionar el problema por la comida”, expresó Damián Carbó, ganadero alvearense.
“Para la provincia –agregó– esta lluvia viene muy bien. Las pérdidas en esta sequía han sido muy importantes; desde febrero que no teníamos esta lluvia importante. Dos meses atrás se había muerto el 40% de las madres, comparado con el año pasado, pero la mayoría de las pérdidas han pasado ahora en estos dos últimos meses”.
Carbó estimó que “las pérdidas deben andar por arriba del 50%. El sector ganadero está molido”.
En igual tono se manifestó Fernando Turrín, ganadero de San Rafael, quien recordó que las plataformas de destete precoz prometidas por el Gobierno de la provincia, que aún no se concretan, serían un paliativo, porque las vacas podrían desprenderse de los terneros.
“La lluvia ha sido irregular. En algunas partes ha llovido y en otras no. La parición se está desarrollando y, de acuerdo con el tacto hecho, la caída es hasta un 40 por ciento”, contó.
Turrín explicó que la sequía la sufren sobre todo las vacas viejas y que ha habido una importante mortandad. “En los campos organizados, la mortandad es menor porque las vacas no están con terneros a pie. Aquellos que hicieron rotaciones pueden aguantar un mes más. En enero sabremos, en la campaña de vacunación, las pérdidas exactas. Pero,con seguridad, habrá una merma importante”.
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