Con carteles y actos lúdicos, ciudadanos y artistas protestaron por la contaminación del afluente.
"Recuerda que nuestros barrios también se tiñen del rojo de la sangre en ríos que corren por sus calles".
Frente a la dura frase, Rubén Darío Tabares, un líder comunitario del barrio Villa Liliam, en el centro oriente de Medellín, miraba el espacio en blanco de una enorme tela blanca y no se le ocurría nada que escribir.
Un marcador negro en sus manos y las turbulentas aguas del río Medellín como fondo del telón no le lograban arrancar una frase, una palabra para describir la rabia que le produjo ver teñido de rojo intenso el emblemático afluente hace una semana.
Tabares llegó ayer hasta el Puente Guayaquil, una estructura de 130 años que fue una de las primeras que se construyó encima del río, donde cerca de dos mil personas se reunieron para inundar con mensajes y propuestas pedagógicas la idea de no manchar más el afluente.
Todo luego de que hace una semana un tinte rojo tornó de ese color todo el río desde la Planta de Tratamiento San Fernando, en el sur del valle de Aburrá, hasta el norte del área metropolitana. La situación generó un rechazo colectivo entre los medellinenses que incluso alcanzó para formar un grupo de Facebook con 1.400 miembros, llamado 'No más manchas en el río Medellín'.
"Y a eso le apostamos. Por eso, cuando la gente nos pidió hacer esta concentración, no lo dudamos y aquí estamos pidiendo por la no contaminación del Río", dijo Mauricio Faciolince, director del Área Metropolitana, la entidad ambiental de la capital antioqueña y los municipios metropolitanos.
La entidad investiga a la empresa Colorquímica, ubicada en La Estrella, señalada por el funcionario y el propio alcalde Alonso Salazar, como la culpable del vertimiento de un colorante orgánico al afluente. La empresa, en un comunicado, rechazó ser la causante del hecho. El Área Metropolitana, sin embargo, avanza en un proceso jurídico que podría culminar en una sanción por más de mil millones de pesos contra la empresa por afectación al paisaje y pánico ciudadano.
Por eso, en el Puente de Guayaquil, además de los mensajes en las telas blancas, un grupo de actores circenses se tomó el puente con varios espectáculos alusivos al respeto del Río. Además, se repartieron cientos de gafas multicolores y hasta llegaron 30 grupos ecológicos con pancartas en contra de las empresas que lanzan contaminantes a las aguas.
"Es vergonzoso que nos tiñan el río de color. Acá debemos pedir respeto y que las empresas ayuden a descontaminarlo", dijo Edilma Salazar, la líder del grupo 'Club de Amigos del Árbol', de Itagüí.
Al final, los asistentes les pidieron a las autoridades mantener el control sobre las empresas que vierten contaminantes al río y exigieron una ley más fuerte para sancionarlas. Mientras tanto, Tabares logró inspirarse para escribir en el telón blanco: "no más mugre para nuestro río es lo que pedimos". |
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