Amigas y amigos, muy buenos días.
Señor ingeniero Carlos Fernández, Presidente del Consejo Consultivo del Agua. Bienvenido. Muchas gracias por sus palabras.
Señor licenciado Marcos Achar, Vicepresidente del Consejo de la Comunicación. Muchísimas gracias por estar aquí.
Diputado Óscar Lara Aréchiga, Presidente de la Comisión de Recursos Hidráulicos de la Cámara de Diputados. Bienvenido.
Querida Margarita, Secretarios.
También le doy la bienvenida a dos Jefes Delegacionales en el Distrito Federal: al de Cuajimalpa, señor Carlos Orvañanos; y de Benito Juárez, señor Mario Palacios, y les deseamos el mayor de los éxitos en sus gestiones.
Saludo a las diputadas, a los diputados, especialistas, académicos que hoy nos acompañan.
A representantes de los medios de comunicación, a empresarios, organismos de la sociedad civil y, desde luego, a todas las niñas y los niños aquí presentes, de varias escuelas, o por lo menos de la Escuela Miguel Hidalgo, me dijeron. Estado de Hidalgo, perdón. Bueno, pero es del mismo personaje.
De la Escuela Estado de Hidalgo, y también de las escuelas Telesecundarias que nos están viendo en todo el país, de EDUSAT.
A todos ustedes, amigas y amigos, muy buenos días.
Primero que nada, bienvenidos; y segundo, qué bueno que nos estemos reuniendo todos, con representantes de la sociedad civil, de Gobierno, de legisladores, Secretarios de Agua de diversos estados, que también los saludo, aquí presentes, para el lanzamiento de una campaña, una campaña de publicidad, de persuasión, que se llama, como ya se dijo aquí: El Agua es como de Tu Familia, Protégela.
Se trata de una campaña cuyo objetivo es que todos los mexicanos aprendamos a valorar el agua, a cuidarla y a cuidarla como algo verdaderamente importante para nosotros; a cuidarla como se cuida a un hermano, un pariente cercano; a cuidarla, como si fuera, de hecho, lo es, de la familia.
Es el elemento de la familia que tiene que estar presente, a fuerza, todos los días en la casa; a no dejarla correr inútilmente, a racionar el uso en la limpieza personal, en las escuelas, en los hogares, en los centros de trabajo.
Nuestros antepasados veneraron el agua como algo muy sagrado; le guardaron respeto y admiración.
Los mayas, por ejemplo, consideraban que era el origen del Universo y el centro de la vida. Los aztecas, aquí, veneraron no sólo a Tláloc, sino también decidieron establecerse, como ya dijo el ingeniero Fernández, en esta Ciudad que era realmente un lago, o más bien era la conformación de varios lagos pegados: el Lago de Texcoco, pero también el Lago de Chalco, el Lago de Xico, el Lago de Zumpango, que todavía queda un poquito; el Lago de Xochimilco. Y todo esto era un gran lago.
Y, la Ciudad de México es un buen ejemplo de lo que en la historia se ha hecho con el agua y que pienso que debemos revisar y rectificar.
Primero. Haber desecado los lagos; luego haber secado lo que quedaba, estamos secando, del subsuelo, el agua que queda en los mantos acuíferos; luego hacemos otro absurdo: estamos trayendo agua para consumo humano a la Ciudad de México desde casi 200 kilómetros de distancia.
El Sistema Cutzamala, por ejemplo, que es el que le da agua a la Ciudad de México, tiene mecanismos de recolección de agua muy cerca de mi propia ciudad natal, de Morelia, por ejemplo, y desde allá se trae el agua a la Ciudad de México.
Y, además, como la Ciudad de México está en un valle elevado, hay que bombear el agua; si cuesta bombear el agua, digamos, desde el aljibe de una casa a la azotea, imagínense lo que cuesta bombear el agua más de un kilómetro de altura para que pueda llegar a la Ciudad de México, y luego dejar que caiga por gravedad.
Y luego, ya que la usamos, también la sacamos hasta más de 100 kilómetros de distancia, por allá la vamos a tirar, hacia Tula, al Estado de Hidalgo, y se va, y se termina perdiendo allá, en el Río Pánuco, en el Estado de Veracruz.
Esta campaña, amigas y amigos, lo que busca, precisamente, es recuperar la sensibilidad que hemos perdido a lo largo del tiempo y que debemos recuperar; recuperar ese vínculo milenario que siempre ha unido al hombre con el agua.
A propósito, déjenme decirles que este año, que ha sido un año muy complicado en términos climáticos, estuvo a punto de acabarse el agua del Cutzamala para la Ciudad de México. Una de las presas, por ejemplo, la Presa de Villa Victoria, llegó a tener menos de la quinta parte del agua que suele tener.
Y en el mes de junio, de no haber sido por las medidas drásticas que se tomaron, en acuerdo entre los gobiernos del Estado de México, del Distrito Federal y el Federal, no le quedaba agua al Distrito Federal, fíjense ustedes, más que para tres meses más, tres meses más.
Afortunadamente con el ahorro que se ha hecho, sobre todo, en la disponibilidad de agua, hubo que reducir el suministro porque se estaba acabando.
Con obras que hemos hecho, por ejemplo, estamos rehabilitando sistemas de canales y de comunicación entre presas que no habían tenido mantenimiento en 30 años; 30 años sin mantenimiento, por ejemplo, entre las presas de Tuxpan, entre la Presa del Bosque, la Presa Colorines; todo eso que ya rehabilitamos, y también que, afortunadamente, finalmente llovió en el mes de septiembre, todavía esperábamos que ahorita nos cayera un poco de agua del Huracán Rick. Por cierto, que ayer todavía era uno de los huracanes más peligrosos en muchos meses, ya ahorita degradó a categoría de tormenta tropical, no nos dejó mucha agua por aquí.
Pero ya, afortunadamente, la buena noticia, amigas y amigos, es que nos quedan ya nueve meses, casi nueve meses y medio de agua para el Distrito Federal, lo cual nos tiene ya más tranquilos. Todavía no del todo, porque qué tal si el año que entra también es de secas y no llueve, entonces, también se nos puede acabar. Entonces, tenemos que seguir haciendo un ahorro importante.
Pero tenemos que hacer muchas cosas distintas con el agua. Antes pensaban nuestros papás o nuestros abuelos que el agua no se iba a acabar. Jamás, jamás se llegó a pensar que el agua se fuera a acabar; y ahora sí nos la estamos acabando, y nos la estamos acabando porque, por ejemplo, aquí otra vez vuelvo al caso de la Ciudad de México. Estamos sacando el agua de los pozos y esa agua de los pozos termina yéndose fuera de la Ciudad de México, con lo cual está siendo que el acuífero de la Ciudad de México se vaya, cada vez, más abajo y más abajo.
Yo creo que ustedes, todos hemos visto y, particularmente, los muchachos, los jóvenes que están aquí, como muchos edificios de la Ciudad de México, del Centro, están chuecos o han estado, se han tenido que enderezar con mucho dinero. Les puedo decir: la Basílica, lo que se llamaba la Basílica Antigua; les puedo decir el Palacio Nacional; la Catedral; muchas calles en el Centro.
Y por qué están chuecos.
Porque le hemos sacado tanta agua al subsuelo de la Ciudad de México que eso ha hecho ya que se deforme el piso de la ciudad. Es como si a un queso fresco se le quita el suero y se vuelve boronas, un queso seco, y eso deforma su consistencia.
Por esa razón, por ejemplo, cuando fue el temblor de 1985 en la Ciudad de México, se causó tanto daño en el Centro de la Ciudad.
Por qué.
Porque el suelo se había vuelto ya seco, arcilloso, y el temblor que fue muy fuerte, todavía fue más fuerte ahí, porque movió el suelo y tiró los edificios que estaban ahí.
Otro dato que nos da el hecho de cómo estamos explotando el agua en la Ciudad de México, en la Zona Metropolitana, es que como le sacamos el agua, la Ciudad se va hundiendo. La Ciudad se va hundiendo a una velocidad de un metro cada diez años y hay zonas de Iztapalapa, por ejemplo, que se hunden un metro cada año.
Seguramente, también han visto ustedes cómo de repente aparecen en las noticias que en tal calle apareció un agujero, una oquedad, un hundimiento y que se fue un coche, etcétera. Son ya desplazamientos importantes en el suelo de la Ciudad de México.
Otra curiosidad también, dos; una fácil, otra difícil. La difícil es que si van ahí por el Monumento a la Revolución, van a ver un tubo que es como del tamaño de la base del pedestal donde está el Presidente Madero, así está a esa altura el tubo, y arriba de ese tubo había una bomba. Ya le dije al ingeniero Luege que volviera a poner la bomba.
Por qué razón.
Esa bomba estaba, a principios de siglo, a ras del piso y en la medida que se ha ido hundiendo la ciudad, ha ido saliendo el tubo de la bomba.
O bien, les voy a poner la fácil. El Ángel de la Independencia, que se construyó hace 100 años con motivo del Centenario, el Ángel fue construido a ras de Paseo de la Reforma; sólo que como sus cimientos llegan hasta suelos más sólidos, como se ha venido hundiendo la ciudad, se ha venido hundiendo Paseo de la Reforma, y todas las escaleras que rodean al Ángel de la Independencia son los niveles de hundimiento que ha tenido la ciudad respecto del Ángel de la Independencia.
Entonces, así están las cosas.
Lo peor es que, a como vamos, sino hacemos un equilibrio distinto, se va acabar el agua de la Ciudad de México, el acuífero; por lo cual es importante hacer algo que nunca hemos hecho, que es tratar el agua que utilizamos.
Nosotros, en México, cuando yo entré a la Presidencia, se trataba nada más algo así como el treinta y pico por ciento del agua que se utiliza. Hoy ya vamos arriba, debemos estar ya como en 43, más o menos. Y una buena noticia, ya esta ciudad, la más grande del mundo, sólo trata el seis por ciento del agua que utiliza.
Con la Planta de Atotonilco, que ya estamos licitando, vamos a tratar prácticamente el 60, el 40 por ciento del agua que se utiliza, y la meta es que al final de mi Gobierno lleguemos a tratar el 60 por ciento, y en la década que viene ya, por ahí 2015 y 16, lleguemos al 100 por ciento.
Otra cosa que está pasando, amigas y amigos, es que como se hunde el piso, eso puede romper las tuberías y, por ejemplo, de cada 10 litros que traemos a la Ciudad de México se pierden cuatro por fugas en las casas, por fugas en las calles y en el sistema. Cuatro de cada 10 litros se pierden. Por eso es tan importante esta campaña.
Así que debemos cuidar el agua entre todos, y por eso agradezco tanto a los medios de comunicación el apoyo que le van a dar, estoy seguro, a esta campaña.
A empresas importantes que están participando para difundir esta Campaña: Cuida el Agua, es como de Tu Familia.
Gobiernos estatales que también están comprometidos en ello.
Lograr un manejo sustentable es tarea de todos: de autoridades, de empresarios, de trabajadores, de asociaciones académicas, de medios de comunicación, de padres de familia, de niñas, de niños, de todos.
Tenemos que formar conciencia, porque eso es lo más importante, eso es lo que más nos hace falta en México, no sólo las obras, sino conciencia de no tirar el agua.
Y esta Campaña se dirige especialmente a la esperanza que tenemos, así es que por lo menos los que vienen, los chavos, los jóvenes, por lo menos ellas tengan, ellos, una conciencia del agua. Y por eso tiene unos diseños así, medio especiales, la campaña, que yo respeto mucho a los publicistas y me parece muy sugerente, muy interesante. Va a ser una campaña muy exitosa y, por lo menos, polémica sí va a ser. Así que, eso ya va de gane.
La conciencia es, como ya explicó Luege, el ingeniero Luege, para hacer cosas pequeñas que son importantes para ahorrar el agua.
Por ejemplo, aquí en México también, curiosamente, primero le abrimos a la llave hasta que se calienta, así, mucho, mucho, mucho. Y ya luego, la enfriamos con agua fría, en la regadera, lo cual nos lleva a perder calor, energía y agua.
Ya ven que hay gente que le gusta bañarse así, con agua para pelar pollos, como dicen, y se espera ahí; no estoy hablando de nadie en particular, pero lo que ocurre es que; no, no, no.
Simplemente, que toda esa agua se pierde, se pierde en lo que se calienta el agua y, entonces, esa agua equivale verdaderamente a tinacos completos que dejan de surtirse en el país y en la Ciudad de México.
Entonces, son cosas sencillas: recuperar el agua que se usa antes de que se caliente, entre comillas, el agua de la regadera, usarla en un sanitario; usar un solo vaso para lavarse los dientes o una botellita de agua, de plano, de las de consumo.
El cambiar las regaderas es muy importante. El agua puede salir con la misma presión gastando la tercera parte mediante regaderas ahorradoras de agua. Ya lo hicimos.
También es importante sustituir el riego de jardines, por ejemplo, por agua tratada. Aquí, en Pinos, se regaba con agua de la tubería, la hemos cambiado ya por agua tratada toda, prácticamente.
En fin. Cada gente en su casa puede hacer esto, también revisar las fugas. Yo les voy a pedir a los chavos que están aquí de la Escuela Estado de Hidalgo, que llegando a su casa revisen y va a haber una fuga, por ejemplo, en el fregadero, va a haber una gota en el fregadero, puede estar haciendo; un sanitario en el baño hace ruido porque tiene una fuga, no sella bien alguna de las gomas y, entonces, se está perdiendo agua. Las llaves de las regaderas tienen fuga, igual hay que quitarlas, limpiarlas, para quitar cosas que impiden que rieguen bien.
Todas esas cosas se pueden hacer y pueden ahorrar agua. Lo mismo en su calle, puede haber fugas, y es importante que todo eso se corrija.
De qué tamaño es el reto en materia de agua.
Miren, algunas cifras. Hace 50 años había, cada quien tenía 18 mil metros cúbicos de agua al año en promedio; es decir, teníamos cada quien como cinco veces, cuatro veces más lo que ahora tenemos; ahora tenemos nada más cuatro mil metros cúbicos por cabeza al año. Todavía es una cifra importante, pero ya no alcanza para todos.
En muchas zonas del país, lo mismo en Chilpancingo, que en Ecatepec, que en la Ciudad de México, la gente no tiene agua; la gente en las sierras, en zonas indígenas no tienen agua, y necesitamos ahorrarla porque verdaderamente se nos está acabando.
Así como el acuífero de la Ciudad de México está sobreexplotado, es decir, le sacamos más agua que la que le dejamos entrar, en México hay más de 100 acuíferos sobreexplotados. Ahorita pienso en el de Torreón, en el de Guadalajara, en el de Monterrey, en el de Puebla, en el de Tlaxcala, en fin, en el de Morelia. Hay muchos acuíferos sobreexplotados que tienen ese riesgo, que en la medida en que sigamos sacándole el agua que tienen, un día se van a acabar.
También tenemos grandes contradicciones. Por ejemplo, en Aguascalientes, el acuífero está sobreexplotado; no hay agua.
Y sin embargo, antes como no había agua y Aguascalientes producía vino, producía uvas, que es un cultivo que requiere relativamente poca humedad, finalmente eso era armónico con el equilibrio.
Pero a la hora que el Gobierno paga y regala el costo del agua, y además subsidia también de una manera muy importante la electricidad para sacar el agua, hoy hay muchas zonas en México que, en primer lugar, se convirtieron hasta en zonas lecheras sin deber serlo, porque no hay abundancia de agua.
Como el agua salía casi gratis sacándola del subsuelo, se hicieron cuencas lecheras. Y ahora, se está bombeando a casi 500 metros de profundidad para sacar el agua, el agua para consumo humano. Eso no puede ser.
Hay una sobreexplotación que tiene que corregirse a través de las políticas públicas adecuadas.
Por otra parte, amigas y amigos, para solucionar el problema del agua necesitamos, no sólo usarla mejor, sino recuperar el medio ambiente.
Los árboles, por ejemplo, además de que generan, capturan el carbono, que es para el cambio climático, y además generan cierta humedad, que permite la condensación relativa en las zonas boscosas y eso permite el agua, la lluvia; también los árboles permiten retener el agua en la tierra.
Si no hay árboles, como ya hemos talado muchos bosques, el agua cae con la lluvia y corre y se va, y nadie la puede detener. Por esa razón están tan erosionados y por esa razón están tan dañadas las cuencas que le surten agua a la Ciudad de México.
Aquí, en el Gobierno, simplemente menciono que le estamos metiendo también muy fuerte a conservar los suelos, a recuperar la capa forestal y a reforestar, precisamente, para lograr el equilibrio ambiental.
Ya no me extiendo mucho más, amigas y amigos. Simplemente les digo que en los tres años de mi Gobierno hemos invertido, algo así como 100 mil millones de pesos, 100 mil millones de pesos en obras de agua, chicas y grandes: agua para campesinos que no tienen en sus comunidades; agua a través de plantas de tratamiento; por ejemplo, tengo aquí el dato, en tres años hemos construido 175 plantas de tratamiento y hemos rehabilitado 32 más.
Sería bueno sacar la comparación de lo que hemos hecho, ingeniero, en tres años, respecto del histórico acumulado en el país.
Estamos haciendo obras grandes: la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de Atotonilco, que ya les dije.
Yo todavía, espero que algún día el agua de la Ciudad de México, en lugar de que se vaya a Tula se trate aquí mismo, en la Ciudad de México.
Y ya tratada, limpia, se reinyecte al acuífero y eso nos permita recuperar el equilibrio. Y ya en el acuífero, limpia, se potabilice y se use otra vez para consumo humano. En lugar de traerla de 200 kilómetros de distancia y correrla cien kilómetros hacia afuera ya usada, aquí usar y reutilizar el agua que consumimos.
Otras obras. Aquí veía yo, en el Museo del Niño, ayer, en la Exposición de Cambio Climático, que se hablaba de grandes obras de infraestructura para sacar el agua de las grandes ciudades y evitar inundaciones. No hay que ir muy lejos a la de Japón ni otras que ponían ahí en la exposición.
Aquí, en la Ciudad de México, estamos haciendo el Túnel Emisor Oriente.
Para qué.
Para evitar las grandes inundaciones que se presentan en esta ciudad. Se pensaba que ya no iba a haber inundaciones, yo tenía mis dudas; entonces, mejor nos decidimos a hacer el Túnel Emisor Oriente. Ya se vio en Atizapán y en otros lados que sí hay grandes inundaciones.
Con ese Túnel Emisor vamos a evitar esas inundaciones que afectan a la Ciudad de México.
Es una obra que no se ha hecho.
Por qué.
Porque es muy cara y porque no se ve. A los políticos no nos gusta, en general, luego, hacer obras que no se ven, porque nadie las agradece. Pero este túnel es como hacer una carretera. Fíjense, es como hacer una carretera de México a Pachuca, sólo que a unos 50 metros de profundidad, y por ahí estamos ya avanzando para sacar toda esa agua.
Amigas y amigos, muy estimados amigos del Consejo de la Comunicación y del Consejo del Agua:
Quiero agradecerles este esfuerzo, pedirles a todos que apoyemos la campaña de cuidar el agua: Cuida el Agua como si Fuera de Tu Familia; y que verdaderamente, a partir de este cambio de la conciencia de todos, verdaderamente enfrentemos y resolvamos uno de los problemas más graves del futuro de México y de la civilización, que será la disponibilidad de agua potable.
Cuidemos el agua y pongamos en marcha, con entusiasmo, todos, esta gran campaña para formar conciencia entre la ciudadanía y, particularmente, entre los niños y los jóvenes de nuestro país.
Muchas gracias
Fuente: Prensa del Gobierno Federal - México |
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