La inauguración del acueducto para Jáchal, una monumental e histórica obra de 22 kilómetros de cañería, financiada con 23 millones de pesos de la minería, llevó hasta las lágrimas al intendente Jorge Barifusa, que contó que es una obra que le cambia la vida a los jachalleros, con una historia de viejas promesas incumplidas y que esta vez se cumplió rápidamente.
En el acto, tras las palabras del titular de OSSE, Adrián Cuevas, presentaron un video que conjugaba el sentir de algunos de los lugareños, sobre la necesidad imperiosa de cambiar esa fuente de agua dura, altamente mineralizada, con una de mejor calidad. Hasta se vio en imágenes, hablando de lo bueno del acueducto, a una conocida del pueblo por protagonizar cacerolazos e impulsar mensajes antimineros, la ex concejal Dunia Táñez.
"Jamás pensé que iba a tener agua distinta, desde que tengo conocimiento el agua de acá es mala", contó a este diario la vecina Lidia Funes, que vive hace 54 años en Jáchal, y agregó que "había un tiempo que salía turbia o con borra; un año tenía visitas para fin de año y no podían ni lavarse la cara, teníamos que comprar o acarrearla desde la Pampa". Otra de las asistentes, Teresa Espejo (62) dijo que, desde su canilla, ya había podido tomar el agua de las perforaciones y que la había hallado "muy distinta, rica y livianita". Eduardo Recabarren relató que se había levantado temprano con toda la familia para probar el agua en la casa y que todos estaban muy contentos: "alguna vez teníamos la esperanza de llegar a esto", aseguró el hombre de 65 años. Consuelo Suvieri (54) dijo que hace 4 años llegó al departamento: "primero el agua me parecía fea y después me acostumbré. Para el que no podía ir a comprar agua, esto es lo mejor", dijo.
Entre los testimonios sobresalió la extensa reflexión de Verónica Boselli (23), una de las alcanzadas por la jarra de Gioja. "Es un gusto riquísimo y suavecito, en mi casa no la he podido probar porque recién se está mezclando con la otra que es asquerosa y de feo olor. Estaba esperando esto desde que nací. Con el otro agua las mujeres grandes viven rabiando, ahora seguro se ponen más verdes las plantas porque acá, cuando llueve, cambian de color. Había mucha expectativa, muchos creían que habían largado el agua hace 3 días y ya decían que tenía un gusto distinto, de las ganas de que sea así". |
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