A las 9:30 de la noche del lunes empezó a temblar en la Cota 905. Minutos después, un chorro de agua -con la presión devastadora de 6 mil litros por segundo- se abrió paso desde el asfalto hasta el cuarto piso del edificio de la sede administrativa de la Policía de Caracas. El caudal duró media hora. Las impresoras, computadoras y el mobiliario de oficina que arrastró desde allí le dieron el impulso para llevarse consigo además una pared que aplastó a cinco carros.
Un taller de Hidrocapital, la plaza Alejandro Petión, el Parque Zoológico El Pinar, un edificio residencial, veinte negocios y al menos diez casas entre la Cota 905 y la avenida Páez fueron afectadas también por la ruptura del tubo de 30 pulgadas (90 centímetros de diámetro) que explotó. Se trata de un ramal del sistema Tuy III que surte de agua a casi toda Caracas. El presidente de Hidrocapital, Alejandro Hitcher, explicó que se trataba de una corrosión galvánica, la acción química de dos metales diferentes que produce su destrucción. En 2004 se había instalado un nuevo ramal y se usó un material distinto al original: "En los tres metros siguientes de tubo el grosor disminuyó de 7 a 4 milímetros, lo que produjo que el metal se agrietara". Todo el tramo derecho urbanizado desde La Vega a la plaza Madariaga estuvo sin agua la noche del lunes. Al cierre de esta edición, la estimación de Hidrocapital era restituir el servicio en la madrugada de hoy. Cándido Espinoza, conductor de una de las tres ambulancias operativas de las nueve que guarda la Gobernación del Distrito Capital en la plaza Alejandro Petión de la Cota 905, escuchó que el suelo "rugía". Estaba de guardia, pero prendió su carro y se fue "bien lejos", porque como cuenta, quería evitar morir ahogado. Como en su versión, la de los vecinos de Altos de Loira, el sector residencial afectado por la inundación, confirma que ya conocían los problemas del tubo antes de que explotara. "Teníamos días sintiendo temblores. Esa noche se avisó a Hidrocapital, pero ellos reaccionaron casi una hora después", se quejó José Correia, vecino. Los tres sótanos del edificio se anegaron y un derrumbe interno impidió a los propietarios sacar sus carros. José Rolo perdió dos Mercedes de colección, pero le contenta que logró salvar a su padre: "Lo saqué del estacionamiento cuando ya tenía el agua en el cuello". El presidente de la hidrológica reconoció que hace dos semanas habían recibido reporte de vibraciones del suelo a la altura del Club Cocodrilos, por donde pasa el alimentador, pero indicó que aunque se evaluó era imposible prever la ruptura: "Se trata de una falla técnica muy poco probable, los caraqueños pueden estar tranquilos. Tuberías de ese tipo están hechas para resistir cientos de años". Aseguró que la ciudad cuenta con el acueducto "más complicado del planeta". Según una hipótesis confirmada por vecinos de la zona y expertos en la operatividad del acueducto metropolitano, en este sector hay una válvula donde por lo general realizan maniobras para regular la presión de agua, "es posible que estuvieran haciendo un simulacro de racionamiento, tal como lo están haciendo en otras zonas de Caracas y no hubo la suficiente supervisión por parte del personal técnico de Hidrocapital". Además de llena de barro, la Cota 905 quedó cubierta de franelas y gorras rojas mojadas alusivas PSUV, que bajaron con el agua desde el piso derrumbado de la institución pública. Con información de Migdalis Cañizález
Caraqueños deberán consumir 40% menos
El presidente de la hidrológica negó que en Caracas se estuviese viviendo racionamiento del servicio, al compararla con otras ciudades del mundo.
Aseguró que esta semana anunciarán un "sistema para rotar los turnos del servicio" obligados por los bajos niveles que presenta actualmente el embalse Lagartijo: "Contamos con 900 millones de metros cúbicos. ¿Cuál es la crisis? Lo que vamos es a rotar el servicio". "Estamos recibiendo 25% menos de agua, pero eso no es nada. Camatagua y Taguaza, que son los embalses más importantes, tienen niveles muy buenos", aseguró. Hitcher indicó que la limitación obligaría a los caraqueños a utilizar 180 litros en lugar de los 300 que gastan al día. Recomendó a la ciudadanía a hacer uso racional y a "valorar" el agua. Tomar duchas cortas, barrer en lugar de usar mangueras para limpiar y revisar los botaderos de líquido son algunas de las medidas para enfrentar el déficit, afirmó |
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