En la localidad de El Jagüel, partido de Esteban Echeverría, cientos de familias conviven a diario con los desechos tóxicos depositados en el arroyo Ortega. Sumado a eso, en el barrio no cuentan con agua potable ni cloacas, lo que indigna a los vecinos.
En tanto, los residentes que admitieron “tirar los residuos” al afluente, justificaron ese hecho con la falta de un servicio de recolección de residuos en el lugar.
En diálogo con Info Región, Cecilia López, vecina cuya casa está ubicada frente al arroyo, en la calle Edison al 2200, contó que el arroyo “es una mugre tremenda”, y a su vez calificó como “una vergüenza” el hecho de no tener agua ni cloacas.
Luego de ser consultada acerca del accionar y las respuestas obtenidas por parte del Municipio, la mujer comentó que antes “se limpiaba el arroyo de vez en cuando, pero ahora hace un montón que no pasan la máquina" y que "desde las elecciones no aparecieron más”.
Otro de los problemas que aqueja a los vecinos, relacionado con la contaminación del arroyo, es el tema de la falta de agua potable. “Nosotros tenemos problemas porque no podemos tomar el agua de los pozos, tenemos que comprar bidones, hay gente que tiene que hervir el agua para utilizarla. La Municipalidad nos manda un tanque una vez por semana para que los vecinos tengamos agua, pero así y todo no alcanza”, sentenció López.
Por último, la vecina comentó que si bien hay vecinos que reclaman y se preocupan por el cuidado del arroyo, hay otros que “tiran los residuos al arroyo porque el camión recolector no pasa".
Por otra parte, Delia Rodríguez, que también reside en el barrio aseguró que las curtiembres aledañas “desechan todos los ácidos en el arroyo" y de esta forma "se afecta a la salud de los chicos que padecen de enfermedades tales como asma, alergia y demás afecciones en el sistema respiratorio, a raíz de la contaminación”.
“Hay algunos vecinos que son irresponsables, porque nosotros queremos cuidar el arroyo, para que no se contamine más, y ellos vienen y lo usan como basural, hasta que no estemos unidos en el reclamo esto no se va a solucionar”, resaltó.
Desde botellas, bolsas de residuos, animales muertos, roedores, cucarachas y demás insectos que encuentran en la suciedad su hábitat natural, comparten el espacio con los chicos que juegan al borde del arroyo, tomándolo con total naturalidad, sin conciencia del riesgo que ello conlleva.
Este medio intentó comunicarse con autoridades municipales, pero luego de realizar reiterados llamados no obtuvo respuesta.
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