La activista social Sonia Alvarado, la fundación de desarrollo comunal Proagroin, el Programa Sello de Calidad Sanitaria de Acueductos y Alcantarillados (AyA) y la organización Hospisonrisas son los ganadores de este año del Premio Calidad de Vida.
Este reconocimiento lo otorgan la Defensoría de los Habitantes, el Consejo Nacional de Rectores (Conare) y las universidades estatales, y tiene como propósito reconocer el aporte de personas y organizaciones para mejorar las condiciones de vida en Costa Rica.
Lucha altruista. Sonia Alvarado es panameña y vive en Costa Rica hace más de 30 años. Reside en Puntarenas, donde es conocida por su lucha por la limpieza de playas, acueductos y comunidades.
Gracias a sus acciones, la ciudad de Jacó obtuvo su primera Bandera Azul Ecológica. Además, ha trabajado en la Asociación Lucha Contra el Cáncer Infantil, fue voluntaria en el Hospital Nacional Psiquiátrico y es miembro activo de la fundación Te Regalo un Sueño, que busca cumplir la última voluntad de niños en fase terminal.
“No esperaba el premio. No lo busqué. Me llegó porque Dios y personas maravillosas lo pusieron en mi camino”, expresó Alvarado.
El jurado también reconoció la entrega hacia los niños enfermos de la organización Hospisonrisas.
Esta agrupación tiene tres años de incluir actividades lúdicas y artísticas en la terapia de los pacientes del Hospital Nacional de Niños. Cada semana, sus 25 payasos profesionales voluntarios visitan todas las camas del hospital y se involucran con los pacientes y sus familias. Su aporte es vital en la recuperación de los pacientes.
“No somos payasos convencionales: tenemos que tener capacitación y sensibilidad para saber qué padecimientos tienen los niños y cómo intervenir. Tratamos de atender el aspecto emocional de los pacientes en un ambiente de juego y magia”, explicó Angie Cervantes, directora del grupo.
Por las comunidades. El programa Sello Calidad del Agua del AyA es un galardón para acueductos rurales, restaurantes, hoteles y comunidades que realizan acciones para mejorar la calidad del agua.
“Es premio al esfuerzo de comunidades que desarrollan acciones para obtener el galardón y ofrecer 100% potable”, dijo Ricardo Sancho, presidente ejecutivo de Aya.
Otra organización que vela por el bienestar comunal obtuvo el galardón. Se trata del Programa de Desarrollo Agroindustrial de la Zona Norte (Proagroin), que inició hace diez años en esa región como incentivo para la producción de naranja y piña. Unos 500 agricultores trabajan en la iniciativa, que permite exportar a un precio justo.
“Nuestra filosofía es que los compradores en otros países paguen un poco más por las frutas y ese dinero le es retribuido a los productores. Con ello han mejorado sus calles, acueductos y escuelas”, dijo Carlos Ramírez, vicepresidente de la junta directiva.
El jurado del premio también dio reconocimiento especial a la investigadora cultural Gabriela Nájera, la Universidad Santa Paula, el programa Aula Móvil de Conare y la Fundación Faedes, que trabaja con animales abandonados.
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