A las 18 de ayer el hidrómetro de Prefectura Naval en el Puerto de Barranqueras marcó que la altura del río Paraná era 6,23 metros y se mantenía estacionado, superando el pico de 6,20 que se había estipulado para hoy. El ritmo de creciente del sábado y de ayer domingo fue elevado y el comportamiento de la alta cuenca hace suponer que seguirá creciendo en las próximas horas, ya que en Puerto Iguazú el comportamiento es errático y después de un leve descenso, ayer a la misma hora que se estacionaba en Barranqueras, en el puerto misionero se medía 28, 40 metros y otra vez en creciente.
En tanto en la zona ribereña chaqueña seguían saliendo familias de las zonas bajas, algunas por sus propios medios y otras ayudadas por el gobierno y las intendencias. El gobernador, Jorge Capitanich y la presidenta de la APA, Cristina Magnano sobrevolaron la zona.
Un equipo del municipio de Colonia Benítez continuaba ayer evacuando a pobladores ribereños de la zona de Antequera, que debieron abandonar sus viviendas a raíz de la creciente del Paraná. Al menos una docena de familias debió trasladarse a albergues a casas de parientes.
El río, según la información que manejaba el municipio de Colonia Benítez a partir de datos aportados por Prefectura de Isla del Cerrito, había alcanzado en las primeras horas de ayer 6,14 metros en Barranqueras, por lo que se estimaba que en cuestión de horas llegaría el pico de creciente. Los puertos ubicados aguas arriba de Barranqueras, en tanto, registraban medidas en bajante, por lo que las autoridades confiaban en que no empeore la situación.
A las 18, en el puerto de Barranqueras la marca era de 6,23 metros estacionado, mientras que en Puerto Iguazú, otra vez crecía el río.
El operativo de evacuación fue encabezado por el intendente de Colonia Benítez, Roberto Phipps, quien explicó que el municipio a su cargo, cuya jurisdicción también abarca Antequera, dispuso vehículos y personal para ayudar a las familias que estaban dispuestas a dejar sus viviendas. En este sentido, el jefe comunal aclaró que muchos de los pobladores que viven a orillas del río dijeron que aguantarían hasta último momento y que preferían no evacuarse para no abandonar sus hogares y pertenencias.
Llegó el agua
Quienes decidieron retirarse antes de que el agua ingresara a su humilde vivienda, fueron Rosa González, de 70 años, y José Augusto Frutos, de 80 años, ambos jubilados. “Faltó poco para que el agua entre al rancho”, dijo la señora mientras acomodaba sus pertenencias en un galpón cedido por la Dirección de Fauna que está ubicado en el barrio San Pedro Pescador, a un lado del puente Chaco - Corrientes.
Un par de familias que viven en ese barrio, pero que trabajaban en chacras a orillas del río, también debieron abandonar el lugar de labranza que quedó completamente anegado por el agua del Paraná. “Pero esas familias viven aquí en el barrio, así que no se cuentan como evacuadas”, explicó ayer un empleado de la Dirección de Fauna, el organismo que cedió galpones para alojar a los pobladores cuyas viviendas quedaron bajo el agua.
Daniel Rojas, otro vecino que vive en el barrio San Pedro Pescador, también debió dejar una pequeña chacra que tiene a un lado del camino que bordea el Paraná y que conduce al Club Yapú Guazú. “Tenía zapallos, mandiocas y algunas verduras”, lamentó Rojas, aunque explicó que por suerte su vivienda está en una zona no inundable.
El delegado municipal del barrio, Luis Bernal, dijo que muchos pobladores ribereños se resistían a dejar sus viviendas. “La gente está aguantando, pero todavía quedan muchas familias por evacuar”, explicó.
En Barranqueras, en el barrio La Toma, al menos siete familias se autoevacuaron por el avance de las aguas, y fueron asistidas por Desarrollo Social que les entregó chapas, bolsas de nylon, zapatillas y bolsones de mercaderías.
Las autoridades del municipio de Colonia Benítez no descartaban solicitar la ayuda de Prefectura para continuar con las tareas de evacuación de pobladores, debido a que diversos tramos del camino que conduce a la Isla del Cerrito, y del otro que va desde el Club Yapú Guazú hasta el barrio San Pedro Pescador, ya habían quedado bajo las aguas, y era imposible avanzar con vehículos o tractores, como se venía realizando hasta el sábado. |
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