Trasladar al menos unas 800.000 cabezas de ganado y hallarles lugar donde dejarlas a resguardo de la crecida del río es la tarea que se desarrolla contra reloj en la provincia de Entre Ríos. La tarea se cumple a destajo y todo tiene que estar resuelto en menos de dos semanas, si se pretende evitar la pérdida de animales.
Mientras tanto, el río no da tregua. Algunos municipios entrerrianos, como Gualeguay y Victoria, han construido corrales en tierras fiscales para depositar allí las vacas y los terneros.
En la cuenca del Paraná, según los registros de vacunación antiaftosa, hay 821.677 cabezas de ganado bovino. Abarca 1.448.425 hectáreas, y junto a las 151.730 de Gualeguaychú son las que están amenazadas. La falta de barcazas para el traslado fluvial y de camiones para la movilización en tierra ponen en jaque a los ganaderos.
En el departamento Islas es donde mayor presencia de ganado hay, y la situación puede resultar más desesperante, porque si bien la creciente llega con mayor retraso a ese distrito del sur entrerriano los efectos son más devastadores. Sólo en ese departamento hay 314.977 cabezas que salvar, diseminadas en 463.790 hectáreas.
Con el avance de la agricultura, en Entre Ríos hay actualmente 2,2 millones de hectáreas sembradas en campos donde en su mayoría antes había ganadería. Y sin embargo el stock aumentó y hoy supera los 4 millones de cabezas. De ese número, más de un millón están en las zonas de islas y campos bajos e inundables.
"Todavía no estamos tapados por el agua, pero hay una emergencia y lo que estamos esperando es que la Nación envíe la ayuda prometida a la provincia, como la barcaza del Ejército y los corrales ", dijo el principal referente de la Federación Agraria de Entre Ríos en Paraná, Alfredo Bel.
Junto a otros integrantes de la Comisión de Enlace, el dirigente participó de un encuentro con funcionarios entrerrianos para reclamar la declaración de la emergencia en la provincia, porque los productores se ven forzados a vender los animales anticipadamente, sin poder reponer.
Desde el gobierno provincial indicaron que "se pidió a la Nación que liberara el ROE rojo de emergencia para que el ganado que se saque de las islas se pueda exportar. Se espera una respuesta en las próximas horas".
También anunciaron que hoy comenzarán a armarse los corrales adquiridos para la emergencia y que se instalarán, inicialmente, en Villa Paranacito, Ibicuy, Gualeguay, La Paz y Santa Elena.
En Buenos Aires
En una recorrida de LA NACION por Zárate, Campana y Ramallo, los productores informaron que la crecida llegará en unos 20 días a esa zona y que, pese a que hay gran preocupación entre ellos por la suerte de un millón de cabezas de ganado que podrían verse afectadas, aún no se han tomado las medidas correspondientes.
"El Gobierno nos tiene que ayudar. Nosotros sacamos los novillos y al Gobierno le tenemos que dar el 40% por impuesto a las ganancias", dijo Javier Nedo, ganadero de la zona de Victoria.
"Pero en esto nosotros también somos culpables. Esto no pasa cada 100 años, pasa seguido y es nuestra culpa no estar preparados", concluyó.
Por su parte, Félix Massun, ganadero de la isla Talavera, en Zárate, dijo que "faltan los barcos para sacar el ganado, hay poca ayuda oficial. En 20 días tenemos la inundación encima y no podemos esperar a tenerla encima porque va a ser demasiado tarde".
En Santa Fe, Sergio Ramseyer, presidente comunal de Romang, departamento San Javier, 299 kilómetros al nordeste de la capital provincial, afirmó que la situación por el momento está controlada y se prevé la crecida para el 11 de noviembre.
"Estamos trabajando intensamente, junto con instituciones intermedias y bomberos, policía y policía rural, en las defensas para cuando llegue la mayor crecida del Paraná", agregó.
El funcionario explicó que "hace dos semanas que empezaron a sacar la hacienda desde las islas. En esta zona de la costa, al transitar por la ruta provincial N° 1, se debe tener mucho cuidado porque hay muchos animales en la banquina. Pero el problema es adónde llevar los animales porque la sequía dejó los campos en malas condiciones".
Con la colaboración de Ezequiel Vinacour y José E. Bordón
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