De manera sorpresiva, Jorge Rossi, intendente de Lomas de Zamora, renunció el miércoles a su cargo y en su lugar asumió Martín Insaurralde -juró a las 10:30 de la mañana- que se desempeñaba como su secretario de Gobierno. El peronista Rossi adujo "motivos personales" para dimitir.
De este modo, Rossi se convierte en el segundo intendente en dejar su cargo en los últimos 10 días. Dos viernes atrás, José Luis Pérez, también del PJ, anticipó que el 10 de diciembre abandonará la jefatura comunal de Balcarce.
Ambos forman parte, además, de un pelotón mayor de renunciantes: algunos, como Mario Ishii (José C. Paz) o Victorio Migliaro (Salto) por cuestiones políticas; otros para "fugar" hacia arriba a ocupar cargos ejecutivos, como es el caso de Ariel Franetovich (Chivlicoy) o Adrián Mircovich (Madariaga).
Rossi llegó al poder en el 2003 tras una accidentada elección contra Osvaldo Mércuri, que estuvo plagada de denuncias de fraude, compra de votos y desaparición de urnas.
Su origen político se rastrea en el ultraduhaldismo. Fue, de hecho, funcionario del Duhalde gobernador y del Duhalde presidente interino. En ambos casos, fue la mano derecha del lomense en el manejo de un universo sensible: el negocio del juego de azar, primero como titular de Lotería de la provincia y luego de Lotería Nacional.
La empatía con Eduardo Duhalde lo llevó a que, en el 2005, Rossi sea uno de los pocos intendentes del PJ que mantenga su alineación con el ex gobernador y respalde la postulación de Chiche Duhalde contra Cristina Fernández de Kirchner por la senaduría nacional de Buenos Aires.
Más tarde, se reconfiguró como neokirchnerista y desde entonces, con vaivenes, se encolumnó en el espacio K.
De todo, más allá de la cuestión personal argüida por Rossi, el conflicto es otro: para los alcaldes, tanto del conurbano como del interior, la gestión se vuelve cada día más agotada y crítica, sobre todo por la fragilidad fiscal y la rigurosidad política con que la Casa Rosada asiste o deja de asistir a los jefes comunales.
Por eso, casi como una regla general, entre los intendentes circula el deseo -que algunos, todavía, pueden sublimar- de poder saltar a cargos mayores. Rossi, en cambio, decidió emprender una retirada que se presume, hasta ahora, definitiva. Y categórico adiós.
Antecedentes
Lomas fue, siempre, un distrito complejo. Hay un antecedente cercano de un conflicto político que desató un tembladeral: Edgardo Didio, con el sello del Frepaso, se convirtió en intendente en 1999 pero de inmediato comenzó a padecer la presión del peronismo que, al final, logró desplazarlo al principios del 2002.
Comenzó, con eso, una secuencia de juras y renuncias que derivó en que en pocos meses, Lomas tenga más de 4 intendentes. El cuadro se ordenó, al menos en lo grueso, con la polémica victoria de Rossi en la interna del PJ sobre los Mércuri y luego se encarriló, con cierta razonabilidad, tras la general del 2003.
En el 2007, la elección también se judicializó cuando el ARI denunció un fraude en su contra. Rossi, igual, logró su reelección.
Ahora a Insaurralde le queda por delante un escenario complejo: Aunque era el heredero preferido de Rossi -quien ya lo presentaba como "mi" candidato a intendente para el 2011- el oficialismo tendrá, a partir del 10 de diciembre, el Concejo Deliberante con mayoría opositora.
Es, además, un ring hiperpoblado de caciques: los Duhalde, Mércuri, lo que queda de Hugo Toledo, el sector de Fernando "Chino" Navarro, Gabriel Mariotto -del ComFer- y hasta el anibalista Pablo Paladino aparecen en esa biodiversidad peronista que es Lomas de Zamora. |
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