En mérito a la inquietud de vecinos de un sector del barrio Amancay, precisamente en inmediaciones de la esquina de calles Casabella y D. Matheu, un cronista de este Diario en la mañana de ayer, junto a personal de Aguas Santafesinas, se hizo presente en el lugar.
El representante de dicho organismo constató que desde una casa se arrojaba agua servida a la calle, que la misma se desplazaba hasta la esquina, y que consecuentemente el olor nauseabundo impregnaba el ambiente.
Se hizo conocer la anormalidad al vecino en cuestión para que tome las medidas pertinentes en el futuro, y al levantarse las tapas de dos bocas de registro de conductos de líquidos cloacales, se pudo observar que debido a una obstrucción, el agua y los desechos -incluso hasta botellas de plástico, lo que da la pauta de la desaprensión de muchos rafaelinos que arrojan todo tipo de elementos a las cloacas- prácticamente estaban a punto de rebasar.
Poco después, mediante la colocación de una manguera de importante dimensión en su conducto, y de la aplicación de la presión correspondiente, el conducto obstruido quedó liberado.
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