Para la segunda semana de noviembre se espera que el pico de la creciente del Paraná llegue a La Paz y, en la tercera, estaría llegando a Paraná. Esa, al menos, es la estimación con que se administra el gobierno provincial, sujeta a los regímenes de lluvia en una cuenca suficientemente extensa, interrumpida además por represas cuya gestión dependen de otro país.
Si los cálculos no son errados, el río alcanzará un nivel tal que no volverá necesario iniciar ni sostener ningún operativo de evacuación de personas. Por eso, hoy por hoy los esfuerzos del sector público están orientados a resolver el traslado a tierra firme de unas 800.000 cabezas de ganado que engordan en las islas.
De todos modos, la Provincia ya ha diseñado un protocolo de actuación frente a eventuales situaciones criticas, que será puesto a consideración primero internamente, bajo de la convocatoria a distintas áreas de gobierno; después, con los municipios, sobre todo aquellos ribereños, para llegar al jueves en condiciones de producir el anuncio formal.
Si los datos son acertados, la variación del Uruguay sería mínima, intrascendente; y recién crecería con ímpetu hacia diciembre y enero.
La impresión con que cualquiera se queda al hablar del tema con funcionarios involucrados en las tareas de Defensa Civil es que las acciones llevadas adelante en distintas oportunidades de un tiempo a esta parte, dedicadas a la prevención de enfermedades, les da tranquilidad a la hora de tener que organizar operativos de emergencia. De todos modos, se cree que sólo en los departamentos Islas y Victoria sería necesario pasar de la previsión a los hechos.
De todos modos, hay otro asunto vital, vinculado a la salud pública: si las islas se inundan, los roedores buscarán tierras más altas, secas, por caso la de las poblaciones cercanas. Justamente, la Dirección de Epidemiología de la provincia ha anunciado que no descarta que, junto con la creciente del Río Paraná, aparecezcan casos de leptospirosis y hantavirus. La titular del área, Silvina Saavedra, fue quien explicó que “tenemos que prever que el aumento del nivel del agua, la creciente, hace mover los reservorios de leptospirosis y hantavirus”, dado que “los roedores se mueven de sus cuevas y se acercan más a los domicilios que permanecen secos”.
Para la funcionaria, el principal foco de contagio se presenta “en el regreso” de las personas a los hogares, ya que puede quedar “agua estancada y probablemente contaminada con la orina de los bichos infectados”. Hay que recordar que la enfermedad se transmite por contacto directo con piel sana o reblandecida.
Fue entonces cuando Saavedra recomendó no tener “residuos, en especial materia orgánica, en el domicilio y preferentemente enterrarlos”. A su vez, para el retorno de los evacuados a sus hogares, se sugiere “el uso de botas y protección para no estar en contacto con el agua estancada”.
En cambio, no habría problemas extraordinarios en cuanto al dengue. “Los mosquitos se reproducen en recipientes en los patios de los domicilios”, por lo que la crecida no crearía, por sí, condiciones para la proliferación de la enfermedad. No obstante, Saavedra admitió que “sí sucede cuando hay movimiento de cosas, las casas quedan abandonadas y se pueden inundar los recipientes, por eso algunas dicen que hay más peligro de dengue”.
Corrales para el ganado
Desde ayer se afectaron los primeros corrales de emergencia para trasladar hacienda vacuna de las islas a tierra firme. Si las previsiones se cumplen, el cronograma del operativo prevé la instalación de los corrales en Villa Paranacito, Ibicuy, Gualeguay, La Paz y Santa Elena para continuar en los días posteriores en otras localidades de la cuenta del río Paraná.
Mientras, el director de Ganadería, Edgardo Churruarín, mantuvo contactos con autoridades castrenses radicadas en la provincia para establecer las condiciones de utilización de las balsas que se pondrá a disposición de la provincia.
Los corrales que comenzaron a instalarse en el sur entrerriano consisten en módulos de 50 paneles y se instalarán en tierras acordadas entre la Provincia y cada municipio afectado.
El secretario de la Producción, Roberto Schunk, precisó que desde la Dirección de Ganadería se viene trabajando junto a los municipios más afectados, pero admitió que las lluvias que se registran en Brasil aceleraron los tiempos de la emergencia y que las crecientes pronosticadas para enero podrían estar llegando en veinte días a la región.
En declaraciones que reproduce la agencia APF, el funcionario recordó que se compraron corrales de emergencia y que se acordó trabajar con el Ejército para el traslado de la hacienda a tierra firme. Mencionó además, entre otros puntos, las gestiones realizadas para exportar novillos pesados sacados de las islas.
En el tema de las ganaderías el secretario de la Producción mencionó que “se pidió al Gobierno nacional que liberara el ROE rojo de emergencia, por motivo de la inundación”, lo que permitiría la venta de exportación para los ganaderos afectados.
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