La instalación de plantas de tratamiento de residuales será una de las acciones para combatir la cianobacteria presente en el afamado lago guatemalteco de Atitlán, motivo hoy de preocupación entre las autoridades.
Para emprender ese trabajo será aprovechado un fideicomiso de 10 millones de dólares inactivo en la última década, el cual el vicepresidente Rafael Espada asegura fue descubierto hace muy poco.
Espada agregó que hace 10 años esa suma fue destinada, precisamente, para invertir en plantas como esas en dicho embalse lacustre, pero aún se preguntan por qué no fue utilizado.
Otra de las acciones aprobadas para ejecutar en Atitlán es prohibir el uso de fertilizantes y jabones que no sean orgánicos, eliminar pilas de lavado en las orillas, todas fuentes de contaminación y crear piletas públicas con eficiente drenaje.
Además, intentarán influir en el cambio de hábitos de las comunidades respecto al uso del agua y la construcción de viviendas, un exceso de las cuales influye en alterar nocivamente las condiciones del lago en sentido general.
Por su parte, el ministro de Ambiente y Recursos Naturales, Luis Ferraté, anunció un inventario en marcha de la infraestructura de los alrededores, con un avance actual de 74 por ciento, en el cual se hace énfasis en la tenencia de fosas sépticas.
En dos o tres años debe comenzar la recuperación del lago, opinó Ferraté.
La estrategia para detener el deterioro de Atitlán se torna urgente ante la expansión de la cianobacteria en sus aguas, descubierta a mediados de este mes, además de la contaminación por otros motivos.
Aunque aún no está determinada si esas comúnmente llamadas algas verdiazuladas representan peligro por su eventual toxicidad, la preocupación va en aumento y amerita la adopción de medidas al corto plazo.
Según opiniones científicas, ese microorganismo prolifera en Atitlán por causas como el incremento de los niveles de nitratos y fosfatos debido a la creciente descarga de aguas residuales y el uso inadecuado de fertilizantes agroquímicos.
Ese microorganismo es una bacteria acuática poseedora de pigmentos fotosintéticos que libera oxígeno como subproducto de su metabolismo, algunos de los cuales producen toxinas y pueden envenenar a los animales del hábitat o que beban el agua |
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