Vecinos del barrio Libertad están preocupados y molestos por el estado en que se encuentra el arroyo Yaucha, que desemboca en el río Tunuyán.
A raíz de la basura de todo tipo acumulada en el lugar, los desechos convierten a la zona en un peligroso foco de infección.
Por retratar esa realidad, dos estudiantes locales fueron premiadas en un concurso sobre medio ambiente, ya que graficaron con una foto el presente del sitio, donde hace no tantos años podían pescar y bañarse.
Daniela Graboviecki y Giuliana Blanco, dos estudiantes que cursan el noveno año en el colegio Miguel Firpo de Eugenio Bustos, obtuvieron a comienzos de este mes el tercer premio del concurso provincial de cortos y fotografía “Cuidemos el ambiente”, organizado por la Dirección General de Escuelas (DGE).
El trabajo, que muestra la desidia de algunos y la irresponsabilidad ecológica de otros, fue presentado por las adolescentes con el título “¿Dónde jugarán los niños?” y consistió en una fotografía tomada en el arroyo Yaucha, a la altura del barrio Libertad. En la imagen se aprecia la acumulación de basura de todo tipo en las márgenes y dentro del cauce.
Una de las alumnas, Daniela Graboviecki, acompañó ayer a Diario UNO para mostrar parte de la contaminación del arroyo que pasa “a pocos metros” de su casa, dijo.
“Estamos preocupados, porque falta conciencia ecológica. Al parecer a muchos no les interesa cuidar el medio donde vivimos”, analizó la adolescente.
Temen al dengue
Un grupo de vecinas de la zona se quejó por esta situación que, además de los olores nauseabundos que se acrecientan con la llegada del calor, ayuda a la proliferación de mosquitos y es un caldo de cultivo para el tan temido dengue.
Lo cierto es que el lugar se convirtió en un basural a cielo abierto, donde muchos arrojan sus desechos sin medir el daño que causan en el sitio que a otrora era elegido para la pesca, entre otras actividades. “Antes uno podía cortar berros y espárragos en esta zona del arroyo, y hoy sólo hay basura. La verdad es muy triste. Este lugar tan bonito se ha transformado en un basurero del que sale un olor insoportable”, relató Ana Modón, que reside a metros del cauce.
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