La Vuelta del Paraguayo es uno de los barrios más vulnerables a la crecida del río Paraná, la que según se estima podría alcanzar un pico máximo de 5,30 metros alrededor del 15 de noviembre. La amenaza, que también pone en alerta a las familias que habitan en una villa lindante al megamercado Wal Mart y a las que se asentaron con construcciones precarias entre el volcadero de líquidos cloacales y la Bajada Distéfano y otros sectores bajos, tiene que ver con que se encuentra fuera del anillo de defensa.
En una recorrida realizada esta mañana por El Litoral, los habitantes de la Vuelta del Paraguayo manifestaron estar atentos al nivel del riacho Santa Fe permanentemente. Conocen de crecientes y dicen que “por ahora no hay motivo para alarmarse”, ésa es la razón por la que todavía nadie levantó las cosas al techo o a la planta alta de las casas ni preparó bolsos con ropa.
Rubén Vega tiene 60 años y lleva varias crecientes vividas porque habita en el lugar costero desde que nació. “Por ahora, con mi familia nos mantenemos en alerta. De crecer más el río tomaremos cartas en el asunto, pero tengo esperanzas de que no pase nada”, dijo.
Rechazo al ex Gada
La mayoría de los vecinos de La Vuelta del Paraguayo se resiste ser relocalizada en las instalaciones del ex Gada. Aunque funcionarios municipales garantizan que a diario los vecinos podrán ir y venir desde la zona costera a Guadalupe, les preocupa sobremanera la distancia y quieren ubicarse sobre la vieja traza de la Ruta Nacional 168.
“Siempre, cuando se vino una creciente y tuvimos que salir del barrio, armamos una ranchada sobre la 168. Ahora resulta que no quieren porque ése es el estacionamiento de los autos que van a los boliches”, dijo Luis Montenegro. Y agregó: “Nosotros sabemos más que la Municipalidad lo que tenemos que hacer, cómo actuar. Nadie del barrio va a ir al Gada así que el intendente debe rever esa medida porque nuestro socorro está acá enfrente. Además, desde la ruta podemos ver nuestras casas, recorrer el barrio en canoa cuantas veces queramos...”.
Otro inconveniente manifestado por el hombre es la cantidad de animales que tiene: 20 cerdos. “¿Dónde los voy a poner, cómo los voy a llevar?”, cuestionó. Otros vecinos, por su parte, refirieron encontrarse con el mismo problema porque tienen gallinas y vacas, además de numerosos perros. “Si el municipio cree que vamos a repetir la historia de los pabellones, de quedarnos por años sobre la ruta, que se quede tranquilo porque nuestro lugar es éste y ni bien baje el río retornaremos a nuestras casas”, señaló Ramón.
Viviendas en peligro
Gisela Montenegro vive con su marido y su hijo Nicolás, de 2 años y medio, en una vivienda de paja, alambre, palos y chapa que fabricó el hombre mayor de la familia. Sabe que de todas las casas del barrio, la suya, como otras de iguales características, será la que peor sufra las consecuencias del agua.
“La terminamos hace 2 meses y nos da pena que tanto sacrificio haya sido en vano. Pero bueno, es un hecho que se va a arruinar. Encima, por la ola de calor la cubrimos entera de barro para que sea fresquita”, lamentó la joven mujer, indicando que el río es el que impone las reglas del juego y el destino de su casa dependerá de él.
Cabe señalar que varias casas del barrio tienen planta alta, donde se alojarán sus residentes en el caso de que las aguas del Paraná ingresen al barrio. “Mi marido falleció hace tres años y recuerdo que un día me dijo que del barrio deberemos irnos si sucede una creciente que supere los 7 metros. De no llegar a esa altura, podremos quedarnos en la planta alta de casa”, dijo Ana María Díaz, de 53 años. Y agregó: “Tenemos la canoa preparada así que de llegar el agua levantamos las cosas y listo”.
Por último, los vecinos de la Vuelta del Paraguayo indicaron que si bien ya hay agua en los alrededores del barrio aguardarán a que la situación sea más grave porque, según experiencias anteriores, dos días es el tiempo que requieren para armar ranchos de chapa y trasladar las pertenencias más necesarias.
Los damnificados
En el marco de un relevamiento realizado por la Municipalidad, alrededor de 490 familias de la costa podrían ser evacuadas en los próximos días: 923 personas mayores y 919 niños. Como se publicó en la víspera, el municipio está actuando en el marco de su plan de contingencia y protocolo.
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