Salvo el este de la provincia de Buenos Aires, de Entre Ríos y de Corrientes, Misiones, y un sector al oeste de Chubut, el resto del país sufre la falta de lluvias. Así lo indican los registros del Servicio Meteorológico Nacional y lo confirman los expertos. Juan Minetti, director del Laboratorio Climatológico Sudamericano, dijo a Clarín que alrededor del 90% de la Argentina ya está sufriendo, con distinta intensidad, la sequía. La contracara es Chaco, donde ya hay al menos mil evacuados por la crecida del río Paraná.
Raúl Montenegro, Profesor de Biología Evolutiva en la Universidad Nacional de Córdoba sabe de la inmensidad de la sequía y aclara: "Hay pocas precipitaciones y se están demorando las usuales para esta época, algo común en nuestros ambientes semiáridos. Pero ésto no es un castigo divino, sino una tragedia anunciada. Pensemos: los bosques nativos son cajas de ahorro porque almacenan agua para las épocas más secas. Pero como en el país se destruyeron casi todos los pastizales nativos y el 75% de los bosques, no tenemos resistencia ambiental. Además, en las ciudades y las industrias -especialmente la minera-aumentaron escandalosamente el consumo de agua. Así, en vez de cajas de ahorro tenemos máquinas de evaporar y gastar agua. El mismo país que no resiste la sequía tampoco resiste la inundación", explica.
Héctor Ciappesoni, director del SMN, señaló ayer a Clarín que los tres puntos de mayor gravedad son el norte de La Pampa, el sur de Buenos Aires y Córdoba, donde miles de familias están viviendo con temperaturas extremas y sin agua. Como si fuera poco, en Córdoba, al calor agobiante y a la sequía, se sumaron los incendios forestales. Anoche, en La Paz (a 15 km. de Merlo, San Luis), se reactivó otro foco. La situación también es crítica en el sur de Buenos Aires. El dique Paso de las Piedras, del que se provee de agua la ciudad de Bahía Blanca, está en su nivel mínimo histórico.
En Tucumán, hace casi siete meses que no llueve, mientras que en la última semana se vienen dando térmicas récord: el viernes la sensación térmica llegó a los 48°.
En San Luis, no llueve desde febrero. Las localidades de Merlo, Potrero de los Funes y La Toma son las más afectados. Anoche los incendios forestales seguían creciendo por lo que varias familias de La Punta se autoevacuaron.
La otra cara de la moneda está en Chaco: como no paró de llover en Misiones -desde el 6 de octubre cayeron 400 mm.-, la ribera del Paraná se vio afectada por la crecida del río. Se declaró la "emergencia hídrica" y muchos vecinos se autoevacuaron por temor a que los terraplenes que rodean a la capital no resistieran una crecida mayor. "Si se compara un lugar del país donde hubo desmonte y otro donde quedan bosques nativos, la sequía es menos grave donde todavía hay bosques que almacenan agua y retienen el suelo", dice Montenegro. "Cuando se desmonta con topadoras para expandir la agricultura y no dejan nada de bosque nativo pasan estas cosas. Tampoco hay bosques que contengan el agua, la prueba fue el alud y creciente en Tartagal. En Córdoba es peor: lo que no se lleva el hombre lo devoran los incendios".
Córdoba, con 40° y fuego sin control en Nono
El calor y los incendios no le dan tregua a los cordobeses. Desde la madrugada del sábado, alrededor de 230 bomberos, 4 aviones hidrantes y un helicóptero combaten a destajo el avance de las llamas en la localidad de Nono, en el Valle de Traslasierra, donde debieron protegerse algunas viviendas y hubo autoevacuados. Mientras, distintas escuadrillas realizaban guardias de cenizas en Villa Ciudad América y La Serranita, donde la situación estaría controlada. Aunque el intenso calor sumado al viento arremolinado y la falta de agua conforman un cóctel letal que puede provocar la reactivación de las llamas.
En Salsipuedes y en el paraje La Travesía, el fuego se reavivó y algunas casas corrieron riesgos de ser alcanzadas. Marcelo Colombatti, del Plan de Manejo del Fuego, aseguró: "Por la mañana hubo un viento sur que no estaba pronosticado y que nos complicó mucho el trabajo. Hay frentes inaccesibles". Durante la mañana, la ruta provincial 5 sufrió cortes ya que las llamas rozaron el asfalto. Diego Concha, de Defensa Civil, destacó: "Los bomberos están haciendo un esfuerzo inhumano. Hay recambios de grupos porque se deshidratan rápido. La temperatura es un infierno". En la capital cordobesa, llegó a 40 grados.
LA ODISEA DE UNA FAMILIA DE VILLA ALLENDE, CORDOBA
"Tenemos la ducha cronometrada y sólo lavamos la ropa interior"
Por: Lucas Cruzado
Villa Allende, una localidad ubicada al pie de las Sierras Chicas y a sólo 20 kilómetros de la capital cordobesa, es una postal de la sequía que golpea a la provincia. En lo alto de la Villa, en el barrio Lomas, vive la familia Blondont. Sandra está casada y tiene 5 hijos. Desde hace un tiempo, los cortes de agua son diarios y se extienden por doce horas: "Acá hace 4 días que no llega nada de agua. Lo poco que tenemos es gracias a una cisterna que hizo mi padre hace 40 años", cuenta a Clarín. Son las diez de la mañana y el sol ya está insoportable. Dice que en su casa, sobre la calle Colmenares, el agua se raciona lo máximo posible: "Pegarse una ducha es todo un tema: Julieta y Franca (las mellizas) entran juntas a bañarse y el resto de la familia tiene el tiempo cronometrado". Y agrega: "Hace tiempo que no usamos el lavarropas: solo lavamos la ropa interior y lo que se usa en el día", afirma. Y cuenta que con sus vecinos le pidieron una asamblea pública al intendente Máximo Martínez para buscar soluciones.
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