A contrapelo de lo que sucede en el interior del Chaco, las localidades ubicadas a la orilla del río Paraná sufren inundaciones que ya han provocado la evacuación de numerosas familias y de hacienda.
La pregunta de la dirigencia agropecuaria es saber ¿qué hacer con esos litros de agua que sobran? Hasta el momento, no existe una respuesta certera ni siquiera existe una respuesta.
Unos 200 kilómetros separan dos realidades muy diferentes. En el sector centro y oeste de la provincia, animales muertos de a miles se amontonan, gente con bidones en mano y una población que mira al cielo esperando las lluvias. En el este, casi al límite interprovincial con Corrientes, los lugareños abandonan sus viviendas para esperar que las aguas del intratable río Paraná comiencen a bajar nuevamente.
Las explicaciones no convencen a la dirigencia agroganadera. Ni al ciudadano común, que se sigue preguntando cómo hacer para aprovechar esos litros y litros de agua que se desperdician y en cientos de barrios de esta ciudad y poblaciones del interior pasan gran parte del día sin una sola gota de agua.
“La sequía está siendo estragos y si en los próximos diez días no se registran más de 100 milímetros, la situación será catastrófica”, señaló el presidente de la Sociedad Rural de Sáenz Peña, Mario Fogar.
Al tanto manifestó que “en el departamento Comandante Fernández hace 15 días comenzaron a morir los animales como consecuencia de la falta de agua”, y relató que “por día están muriendo entre dos o tres animales y en algunos casos, con los terneros en sus vientres”. Este panorama desolador se extiende por horas en todo el interior del Chaco.
Mario Fogar sostuvo que la situación del productor ganadero del Chaco atraviesa por una de las peores crisis financiera y psicológica, debido a las serias pérdidas registradas por las condiciones de sequía. Y aseguró que “la construcción de represas y grandes reservorios debieron ejecutarse hace tiempo, para que en ocasiones como éstas el productor pueda acceder a las reservas” y no tener que sufrir la mortandad de sus animales.
Por otra parte, el presidente de la Sociedad Rural de Sáenz Peña manifestó su preocupación por las pérdidas de los productores agrícolas y aseguró que “ante esta situación, el chacarero no tiene para comer. Tienen que esperar hasta fin de mes para cobrar alquileres de campo y subsistir o bien mudarse al pueblo, porque la situación no da para más”.
Proyecciones de canalización
Por años, los habitantes de la provincia debieron soportar interminables sequías como la actual, e inundaciones devastadoras que sumergieron vecindarios completos. Pero hasta el momento no se han ejecutado obras significativas que permitan canalizar el agua sobrante a las zonas donde el recurso hídrico escasea.
En este sentido, Fogar manifestó que hace pocos días participó de una reunión en la que disertaron profesionales de distintas estaciones experimentales del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Allí, profesionales de la localidad de Castelli indicaron que existe actualmente un proyecto para la canalización de las aguas del río Bermejo, cuenca arriba, que permitiría la llegada del agua.
Foto: Archivo Programa Infoambiente |
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