Al menos 20 muertos, más inundaciones y epidemias que se agravan dejó el tifón Mirinae en Filipinas, lastrada por sucesivos meteoros en el último mes.
Aunque los daños de la nueva tempestad resultaron menos comparados con los de sus predecesores Ketsana y Parma, causantes de mil 100 muertes según datos oficiales este domingo, el nivel de las riadas y el avance de la leptospirosis en las aguas contaminadas agravan la situación imperante Manila y las provincias en sus alrededores.
En esa zona de Luzón, la principal isla del país, se enferma cada vez más gente tras la tormenta que la azotó en las últimas 48 horas y depositó mayor cantidad de agua contaminada en las calles de la capital y también en otras partes del norte filipino.
Las aguas infectadas son señaladas como detonante del brote de la grave enfermedad, ocasionada por la orina animal, usualmente ratas. Unas 90 personas han muerto en Manila y otras 100 en regiones periféricas.
La basura tupe los tragantes y los roedores nadan en busca alimentos, confundiéndose a veces con quienes se esfuerzan en trasladarse de un punto a otro.
Resulta imposible entrar o salir de la ciudad sin vadear las calles sumergidas por las riadas.
Autoridades de la salud dijeron que hay unos dos mil pacientes hospitalizados por leptospirosis, un mal para el cual no existe vacuna y que de no ser atendido produce fallo renal, hepático y la muerte.
El tifón Mirinae, tercero en golpear Filipinas desde el 29 de septiembre anterior, salió debilitado hacia el mar Este y según los pronósticos golpeará en el centro de Vietnam en la tarde del lunes. |
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