Los niños salieron a jugar con permiso bajo las primeras gotas, los grandes dejaron que por un momento les mojara la cara. Fueron dos señales de alegría y bienvenida hacia la lluvia más esperada de los últimos años porque tras sufrir la voracidad de distintos incendios forestales, el Valle del Conlara sintió alivio por la tormenta que llegó a la región y ayudó a apagar las llamas.
Las nubes con agua casi bendita llegaron ayer a la 1 y abarcaron Merlo, Los Molles, Colonia Argentina, El Talar, Cerro de Oro y Carpintería para generar 30 milímetros de tranquilidad ya que en esas localidades los pobladores sufrían por los incendios desde el viernes. Dotaciones de los bomberos voluntarios de Merlo los combatían casi sin descanso.
Para los brigadistas el frente más complicado se generó en Colonia Argentina porque los arbustos tupidos y el fuerte viento lo impulsaron 12 kilómetros hacia el oeste en apenas una hora y media. Esa potencia hizo que las llamas atravesaran la ruta 1, lo que motivó a los bomberos a trabajar divididos en distintos grupos.
En El Talar socorristas de Los Molles, Santa Rosa, Tilisarao y Justo Daract lucharon contra un foco que se acercaba a una zona de casas y cabañas pero fue contenido a tiempo. Después la tormenta hizo lo suyo y el fuego perdió por goleada. Ayer fue un domingo de humedad en la región y de merecido descanso para los brigadistas.
En La Punta sólo quedó un pequeño siniestro ubicado en cercanías de la rotonda que une el camino que baja de Potrero de los Funes con la ruta 3. Por las ráfagas de viento se dirigía hacia el norte pero anoche los brigadistas de esa ciudad lo controlaron
En Toro Negro, San Luis Solidario registró una quemazón que los voluntarios de San Francisco se encargaron de dominar |
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