La sequía que afecta a Córdoba es la peor de la década y amenaza con un verano aún peor. Por caso, si no llueve en los próximos cinco días, aseguran que la falta de agua será muy crítica o total. Mañana comienzan los cortes de agua por 24 horas en las Sierras Chicas, en el Gran Córdoba, y si la situación no mejora se extenderán al Valle de Punilla. Ayer, se complicó la situación en la localidad de Cosquín, ya que hubo barrios que se quedaron sin agua.
En la medianoche del miércoles cortarán por 24 horas el suministro de agua potable en la localidad de Río Ceballos (a 30 kilómetros de la Capital), situación que volverá a repetirse el próximo sábado 7 de noviembre. Estiman que con el agua acumulada en los tanques de las casas alcanzará para el consumo doméstico.
El jueves 5 y el domingo 8 de noviembre, el corte por 24 horas afectará a Mendiolaza y Unquillo. Mientras que el viernes 6, el servicio será normal en las Sierras Chicas. Estos tres pueblitos cordobeses suman unos 60 mil habitantes, y toman agua del dique La Quebrada, que sufre una bajante de más de 10 metros por debajo de su capacidad máxima.
A través de un comunicado en conjunto, las intendencias de Mendiolaza, Río Ceballos y Unquillo señalaron que "se garantizará la asistencia a escuelas, comedores, guarderías, servicios de Salud, Policía y reparticiones públicas".
"Estamos muy mal. En los últimos tres años tuvimos un déficit de lluvias de 1.200 milímetros, 400 por año, que suman un 80% de las lluvias que teníamos que tener y no tuvimos", graficó Daniel Salibi, intendente de Mendiolaza.
La sequía en Córdoba afecta a casi todo el territorio, por lo que se declaró el alerta amarilla. Pero en la capital ya hay alerta naranja y en las Sierras Chicas y el Valle de Punilla, alerta roja.
En Cosquín, la falta de agua se notó el fin de semana y ayer: "Nosotros somos tres familias que vivimos juntas y no tenemos tanque de reserva ni cisterna. Si llega el agua, tenemos. Si no llega, nos quedamos sin agua", le contó a Clarín, Sandro Ferreyra.
Mientras que Patricia Ariza, que vive en el barrio La Toma, de Cosquín, señaló: "En la Municipalidad nos dijeron que queda agua para pocos días. Incluso, los barrios más altos se quedaron sin agua y la gente se bajaba al río a cargar agua en baldes".
Por su parte, el intendente Marcelo Villanueva se quejó: "La ciudad está sin agua y el gobierno de la Provincia no atiende los teléfonos. La semana pasada, la Subsecretaría de Recursos Hídricos ofreció un camión y lo mandaron el jueves sin manguera".
En la planta potabilizadora de Cosquín deben ingresar 140.000 litros por segundo del río Yuste, pero en la actualidad sólo ingresan 40.000. Las perspectivas para el verano no son las mejores:en enero se conmemora el 50° aniversario del Festival Nacional de Folclore y habrá un millón de visitantes.
En la ciudad de Córdoba, que se abastece del lago San Roque, la situación no es mejor, ya que se superaron los 200 litros diarios por persona sugeridos. Aguas Cordobesas informó que el sábado se consumieron en promedio 370 litros de agua por persona, y 438 litros el domingo, debido al intenso calor. Pero con una particularidad: en los countries se consumieron 637 litros de agua por persona; en el barrio Colonia Lola -de clase baja-, sólo 180.
Otras ciudades del país en problemas
Tucumán. Los tucumanos esperan la lluvia tras seis meses de sequía. Con temperaturas por encima de los 40° en los últimos días, hubo algunos problemas de agua en barrios de la capital tucumana y en Tafí Viejo. El gobierno provincial baraja la posibilidad de decretar la emergencia hídrica, ya que ríos y diques bajaron su caudal a la mitad, sobre todo en la zona sur de Tucumán.
San Luis. Si no llueve antes del 10 de noviembre la provincia podría declarar la emergencia hídrica en todo el territorio. El último fin de semana hubo algunas lluvias en algunos puntos pero no alcanza para abastecer a las principales localidades que sufren de la sequía desde febrero. La turística Potrero de los Funes es una de las ciudades más afectadas.
La Rioja. En el departamento Capital comenzó a faltar agua en distintos barrios y en otros hay baja presión. La Secretaría del Agua cerró la salida de agua del vecino dique Los Sauces (abastece a la capital). Dicen que no se puede gastar ni una gota demás.
Santiago del Estero. Los santiagueños vivieron ayer el séptimo día de furia consecutivo con una temperatura que superó los 43 grados y con térmicas que llegaron hasta los 53,3 el viernes pasado, agravado por una sequía de 7 meses y cortes de energía por los incendios en Tucumán, que afectan a la transportadora Transener. Como si eso fuera poco, la presión de agua disminuyó sensiblemente debido a los cortes de energía, con lo cual la situación se agravó en esta ciudad.
Bahía Blanca. El Dique Paso de las Piedras, única fuente de provisión, sigue bajando. La cota llegó a 154,25 metros, 15 centímetros debajo de su mínimo histórico. Lloviznó, y eso al menos sirvió para regar las plantas y lavar los autos.
"¿Es posible vivir cuidando cada gota que gastamos?"
OSCAR FLORES
"¿Es posible vivir con el corazón en la boca, cada vez que se utiliza el agua para la comida o el baño, cuidando cada gota que gastamos? ¿Quiénes tienen el agua que al Suyuque y a Los Molles le falta? Las preguntas de Horacio, jornalero de 34 años, casado y con tres niños, quedan sin respuestas.A solo 27 kilómetros de la ciudad de San Luis y a 5 de la ciudad de La Punta, fundada en el 2001 y que cuenta con tecnología de wi-fi, un puñado de vecinos es la primera vez en sus vidas que deben cortar una ruta para hacer escuchar sus reclamos.
Es que en Los Molles los incendios que se iniciaron en agosto, quemaron las cañerías que llevaban agua desde los arroyos a las casas y desde ese momento el agua comenzó a ser un articulo de lujo. Para las emergencias les llevaban agua en camión desde Villa de la Quebrada, una localidad a unos 15 kilómetros mas al norte. "Un día, la única escuelita a la que asisten 50 niños que vienen desde la zona rural y las sierras también se quedo sin agua.
Debieron suspender las clases porque las altas temperaturas enfermaban a los niños", agrega Horacio.Fue entonces que los pacíficos pastores de cabras y ovejas, criadores de cerdo, gallinas y algunas vacas flacas, cortaron la ruta y hasta una jueza provincial acudió al lugar, no para conectar ninguna cañería sino para avisarles que si no abandonaban la medida mandaría a la policía a desalojar. Luego los funcionarios prometieron una solución, que hasta hoy no llega del todo.
"Perdimos los tomates, los repollos, los animales"
SERGIO SCHNEIDER
Rosa habla sin escamotear historias. Habla de las veces que perdió todo y tuvo que volver a empezar, de las fuerzas que esta vez faltan, de los hijos que tuvo que criar sola, de los padres inmigrantes que no están, de la lógica bestial de algunos funcionarios. Pero el único momento en que no logra contener el llanto es cuando dice que por no tener un baño, a veces debe mostrar su desnudez a los que pasan. Evacuada por la crecida del Paraná, que anegó su casa, a 10 kilómetros de Resistencia, Rosa Wozniuk tiene una dignidad que la ayuda y también la lastima: "Me dolió cuando el otro día fuimos a una dependencia oficial a reclamar unas maderas, y nos dijeron que las pedíamos para venderlas".La temperatura pasa los 42 grados, y ella le ceba tereré a Hugo, su hijo, que clava maderas, plásticos y chapas para completar el precario rancho en el que esperan resistir lo que haga falta. Lo levantaron sobre un terraplén, a unos 150 metros de la casa inundada. "Perdimos los tomates, los repollos, toda la huerta, y casi todos los animales", dice Rosa. Ahora vigilan para que no les roben lo poco que quedó allá.Tiene 50 años y su bandera es la vida de campo que tuvo junto a su padre ucraniano y su madre alemana. Los cabellos rubios se perdieron entre canas, pero los ojos siguen azules, como cuando no eran tristes. "Siempre me preguntan por qué vivimos ahí, si siempre nos agarra el agua. Es que yo no podría vivir sin mis plantas y animales. Para mí la vida es eso".
Claves de la falta y el exceso de agua
El ciclo hídrico de la Argentina tiene períodos de 25 años. Un período de inviernos cálidos y veranos lluviosos y otro de inviernos fríos y veranos secos.
La gran inundación de Santa Fe en 2003 marcó el fin de una etapa y el comienzo de otra.
La misma tendencia, según el director del laboratorio Climatológico Sudamericana, continuará los próximos 19 años.
En el caso de la crecida del río Paraná, se trata de un fenómeno asociado con la corriente del Niño, que aumentó la cantidad de lluvias en la cuenca media, como así también al debilitamiento del anticiclón del Pacífico Sur.
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