La altura del río Paraná experimentó ayer una notable bajante que hizo salir a esta capital del estado de alerta hídrica. Pero el agua continúa dentro de la casa de decenas de familias que reclaman asistencia y denuncian falta de compromiso tanto por parte del Estado como de las instituciones benéficas. Referentes de la Secretaría de Desarrollo Humano visitaron ayer la zona Sur y prometieron alimentos y chapas.
Unos viven en casas de familiares y otros sobre los techos de sus propios ranchos, son poco más de 40 familias de los barrios Río Paraná, Santa Marta, Astillero, Virgen de los Dolores y Patono quienes a la pobreza que los aflige diariamente sumaron ahora un nuevo problema, “la inundación destruyó sus pocas pertenencias”.
Si bien desde la Prefectura confirmaron que el río comenzó bajar, y hasta logró salir de la emergencia hídrica, estas personas aseguran que “la situación sigue siendo caótica”. “Nosotros vemos que el agua que está adentro de nuestras casas bajo un poco, pero sigue adentro”, dijo Marta Borda y describió así lo dramático de su situación.
Vale resaltar que además de haberse visto obligados a abandonar sus hogares, estos pobladores de la zona Sur conviven ahora con víboras y todo tipo de alimañas. “Para colmo la salita de primeros auxilios nunca tiene los medicamentos que necesitamos”, apuntó la vecina.
Ayer estas personas recibieron la visita del secretario de Desarrollo Humano Eduardo Wacker “mañana (por hoy) vamos a llevarle una lista con todo lo que necesitan estas personas y esperemos que después alguien nos ayude”, apuntó la referente de Barrios de Pie Ana María Salazar.
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