Después de muchos días de sequía y de intenso calor llegó el alivio. En la madrugada de ayer, chaparrones aislados en toda la provincia permitieron conciliar el sueño luego de varias noches agobiantes. Lo más significativo fue el descenso de temperatura que hizo caer el mercurio a sólo 15, 5 grados a las 6.10. A esa misma hora, el lunes, hacía 25.4 grados y el domingo, 28.3. Sin embargo, la cantidad de agua caída fue mínima: Apenas 5,3 milímetros en la capital, y hasta 7 milímetros en algunas zonas del interior.
La última tormenta fuerte se había registrado en la provincia el 4 de abril y cayeron de 50,3 milímetros. "Desde el punto de vista hídrico, esta lluvia no tuvo ninguna incidencia", comentó el ingeniero agrónomo César Lanelas, de la Estación Experimental.
La lluvia llegó con ráfagas de viento de 50 kilómetros m por hora, a partir de las 23.30. Afortunadamente, no causaron daños.

Duró poco
La frescura duró apenas unas horas. La temperatura fue ascendiendo paulatinamente, hasta que, durante la mañana, fue necesario volver a encender los equipos de aires acondicionado.
Según el jefe en Tucumán del Servicio Meteorológico Nacional, Osvaldo Molina, volverá a hacer calor en los próximos días. "Las temperaturas ascenderán hacia el fin de semana, y mañana tendremos una máxima de 30", anticipó el experto.