Detrás del racionamiento del servicio de agua potable hay un remolino generado por las causas que pudieran ocasionarlo: De un lado hay quienes dicen que el origen reposa en condiciones climáticas; del otro hay quienes ven razones mucho más complejas, en las que incluyen a los efectos del cambio climático e incluso los de una gestión poco eficiente.
El fenómeno conocido como El Niño, al hacer que sobre sectores puntuales del país, caigan menos lluvias y por ende se llenen menos los embalses, es uno de los responsables según las autoridades locales: "Venezuela está siendo afectada por descenso en el nivel de precipitaciones. Tenemos 30% menos de éstas en el registro histórico", aseguró, recién, José Gregorio Sottolano, presidente del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología, Inameh.
Pero detrás de la falta de agua pueden ocultarse otras causas, tal como dice el ingeniero Juan Carlos Sánchez, profesor de la UCV y miembro del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de la ONU: "El Niño no es la única causa. Ciertamente ha llovido muy poco; pero es difícil decir que la falta de agua sea atribuible o no exclusivamente a El Niño, porque estamos entrando en período de sequía y ya los embalses estaban secos. Normalmente cuando uno sale del período de lluvias y llega al seco, los embalses tienen algo de agua. Llegamos a la sequía con los embalses en niveles críticos y no podemos esperar que se llenen ahora. Es muy probable que la sequía se prolongue hasta la mitad del año que viene y cuidado si más allá".
Y aunque Luis Fernández, jefe de Pronósticos del Inameh, descarta que el descenso de precipitaciones -y por ende la merma del vital líquido en los embalses- tenga relación alguna con el cambio climático, lo mismo que opina Sottolano, al aseverar que "no estamos en capacidad de asociar una cosa con la otra", Sánchez tiene otra visión: "Es probable que el calentamiento global posea su cuota de responsabilidad, porque cambia el patrón de lluvias: llueve m´as en algunos sitios y llueve menos en otros. En Caracas no ha llovido lo suficiente este año. Hacia el sur del territorio nacional ha habido mejor suerte; tengo informaciones de que (el embalse de) Guri está bien, está a niveles bajos pero no críticos", dice el científico que forma parte del grupo de expertos que compartió junto a Al Gore, el Premio Nobel de la Paz 2007. Y para el estudioso de la UCV el factor humano puede entrar en el coctel de causas que han convertido a los grifos de muchos hogares caraqueños en una especie de piezas de museo: "Hay expansiones del sistema de distribución de agua potable que no se han completado a tiempo. Hay proyectos atrasados en cuanto al suministro del servicio".
Sánchez también opina que el racionamiento actual debió comenzar mucho antes "cuando ya había claros indicios de que no estaba lloviendo como en épocas anteriores. A la gente se le dijo que iba a haber racionamiento porque no hay agua, pero no se le ha dicho muy bien por qué es que no hay".
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