Mientras avanzan las restricciones de agua por la sequía en Córdoba, autoridades de la localidad de Villa Carlos Paz detectaron a un grupo de personas que robaba agua en dos camiones cisterna en una toma habilitada sólo para bomberos y casos de emergencia.
"Personal de Seguridad Urbana y Prevención procedió al control de dos camiones que estaban extrayendo agua de una bomba sin la debida autorización", informó a Cadena 3 una fuente del gobierno local.
En el caso se dio participación a la jueza de Faltas y uno de los camiones quedó demorado en el playón de la Inspectoría por falta de habilitación. El funcionario consultado consideró como muy probable que el agua robada tuviera como destino la venta para el llenado de piletas.
Por otra parte, en Cosquín la situación llegó a niveles desesperantes: “Estamos tomando agua directamente del río La Toma, sin potabilizar. Les estamos pidiendo a la comunidad que hierva el agua antes de consumirla”, admitió el intendente Marcelo Villanueva.
Al describir el drama de esa localidad, Villanueva contó que sacar el agua del río es la única forma que tienen de abastecer a la población.“La planta potabilizadora recibe regularmente 140 metros cúbicos por segundo. Anoche estábamos registrando sólo 20 metros cúbicos por segundo. Para la planta esto es como un hilo de agua”, dijo Villanueva.
Varias ciudades de Córdoba, La Rioja y el sudoeste de Buenos Aires ya declararon la emergencia hídrica y en Tucumán analizan tomar la misma medida si no llueve en las próximas horas.
En tierras cordobesas, la bajante del dique de La Quebrada complicó el suministro de toda la región de Sierra Chica, donde la ciudad de Río Ceballos sufrió un corte total por 24 horas. Para hoy está prevista la interrupción del servicio en Unquillo y Mendiolaza. En tanto, la capital cordobesa fue patrullada por cuadrillas municipales que colocaron cepos en las canillas para evitar el uso indebido de agua. Se garantizó la provisión, a través de camiones cisterna, a escuelas, comedores, guarderías, hospitales y dependencias públicas.
Mientras que en la zona centro y sur de la provincia de Santa Fe, incluida la ciudad de Rosario, la preocupación latente es la crecida del río Paraná y las complicaciones que podría ocasionar a partir de mediados de este mes, en el norte santafesino se vive una situación difícil por la falta de lluvias.
El caso más notorio es el de la ciudad de Tostado, en el departamento de 9 de Julio, en el límite con Santiago del Estero, con un alto déficit hídrico en medio de un clima subtropical. El intendente de la localidad, Enrique Fedele, afirmó que el último fin de semana esa ciudad alcanzó temperaturas de hasta 55 grados de sensación térmica. “Vivimos en el infierno”, aseguró.
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