Las restricciones para el consumo de agua en centenares de localidades del interior, la muerte de miles de cabezas de ganado y el alerta dispuesto por varios distritos son las postales más fuertes del cuadro provocado por la sequía, según fuentes oficiales, “en el 90% del territorio argentino”. En Cosquín, Córdoba, la situación llegó a niveles desesperantes: “Estamos tomando agua directamente del río La Toma, sin potabilizar. Les estamos pidiendo a la comunidad que hierva el agua antes de consumirla”, admitió el intendente Marcelo Villanueva.
Al describir el drama de esa localidad, Villanueva contó que sacar el agua del río es la única forma que tienen de abastecer a la población.“La planta potabilizadora recibe regularmente 140 metros cúbicos por segundo. Anoche estábamos registrando sólo 20 metros cúbicos por segundo. Para la planta esto es como un hilo de agua”, dijo Villanueva.
Varias ciudades de Córdoba, La Rioja y el sudoeste de Buenos Aires ya declararon la emergencia hídrica y en Tucumán analizan tomar la misma medida si no llueve en las próximas horas.
En tierras cordobesas, la bajante del dique de La Quebrada complicó el suministro de toda la región de Sierra Chica, donde la ciudad de Río Ceballos sufrió un corte total por 24 horas. Para hoy está prevista la interrupción del servicio en Unquillo y Mendiolaza. En tanto, la capital cordobesa fue patrullada por cuadrillas municipales que colocaron cepos en las canillas para evitar el uso indebido de agua. Se garantizó la provisión, a través de camiones cisterna, a escuelas, comedores, guarderías, hospitales y dependencias públicas.
Mientras que en la zona centro y sur de la provincia de Santa Fe, incluida la ciudad de Rosario, la preocupación latente es la crecida del río Paraná y las complicaciones que podría ocasionar a partir de mediados de este mes, en el norte santafesino se vive una situación difícil por la falta de lluvias.
El caso más notorio es el de la ciudad de Tostado, en el departamento de 9 de Julio, en el límite con Santiago del Estero, con un alto déficit hídrico en medio de un clima subtropical. El intendente de la localidad, Enrique Fedele, afirmó que el último fin de semana esa ciudad alcanzó temperaturas de hasta 55 grados de sensación térmica. “Vivimos en el infierno”, aseguró.
“Hace cuatro años que venimos con deficiencias en las lluvias y hace dos años que no llueve”, dijo, y explicó que al ser una ciudad que vive del campo, la sequía produjo una desocupación que alcanza el 50 por ciento.
La Rioja se sumó al decreto de la emergencia hídrica, que alcanza a la capital provincial y a los departamentos de Chilecito y Chamical. Los habitantes del sudoeste bonaerense no la pasan mejor. En Bahía Blanca, la cota del embalse que provee de agua a esa ciudad y a Punta Alta bajó a 154,23 metros, casi 20 centímetros por debajo de su mínimo histórico. Anoche, una multitud realizó una concentración con vasos vacíos frente a la municipalidad local para exigir la búsqueda de soluciones a la crisis. Aguas de Buenos Aires (ABSA) anunció que pondrá en funcionamiento unos 15 pozos que extraerán agua subterránea para derivarla del acueducto que abastece a cerca de 400.000 personas.
Por su parte, los tucumanos prevén sumarse a la declaración de emergencia hídrica en las próximas horas si no cambian las condiciones meteorológicas. “A excepción de las precipitaciones registradas en Tafí del Valle en toda la provincia sólo llovieron entre 2 y 8 milímetros, lo cual no alcanza para solucionar la escasez, que es preocupante para el sector agrícola”, explicó Jorge Feijóo, secretario de Actividades Productivas de la provincia.
Buzzi: “La desesperación puede llevar a cortes de ruta”
Dirigentes de la Federación Agraria Argentina (FAA) manifestaron su preocupación por la incidencia de la crisis hídrica y la emergencia agropecuaria. Los dirigentes ruralistas –entre los que se encontraban el titular de la entidad, Eduardo Buzzi, y el dirigente entrerriano, Alfredo De Angeli– plantearon la situación de los productores luego de un encuentro con el ministro de Agricultura, Julián Domínguez. Buzzi aseguró que el campo está en alerta por la sequía y evaluó que “la desesperación te lleva a cortes de rutas. Te obligan a eso, te llevan a los empujones”, en referencia a la falta de respuestas del Gobierno. “Esperemos que la reunión con el ministro no haya sido en vano y que las autoridades escuchen nuestros reclamos, porque la situación no da para más”, expresó luego del encuentro con el funcionario y mientras la presidenta Cristina Kirchner anunciaba la reglamentación de la emergencia y la flexibilización de exportaciones.
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