En una provincia donde no hubo lluvias significativas en los últimos siete meses, los incendios forestales en las zonas montañosas no dan tregua a la docena de cuerpos de bomberos -la mayoría de ellos voluntarios- que los combaten desde hace varias semanas.
Ayer, eran dos las zonas afectadas por el fuego: la Quebrada del Río Lules, en el departamento del mismo nombre, al sudoeste de la capital provincial; y Los Pizarro, en el extremo sur de Tucumán, en el departamento de La Cocha.
En la primera, eran tres los focos localizados en la falda montañosa o piedemonte, según le explicó a Clarín el jefe del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Lules, Juan Bertolini.
De los tres, sólo el primero -situado en esa zona, apenas a 8 kilómetros de la ciudad de Lules- era combatido por personal de a pie con apoyo de uno de los dos aviones hidrantes contratados esta semana por el Estado provincial para enfrentar la situación.
Bertolini dijo que una vez que el primer foco sea controlado (lo que se espera que ocurra esta noche), se pasará a atacar los otros dos. Estos se encuentran en lugares de difícil acceso: el más alejado en el area del Potrero de Las Tablas y el otro a mitad de camino por la Quebrada de Lules.
"Hace quince días que estamos combatiendo este foco, pero cuando lo apagamos hay quienes lo vuelven a encender intencionalmente, aunque todavía no sabemos quien pudo haber sido", denunció Bertolini. Para el jefe de bomberos no hay dudas de que en este caso el fuego fue causado en forma intencional, aunque baraja varias hipótesis en cuanto a los probables motivos. "Puede ser que un peón al que le deben plata prenda fuego por venganza, pero también puede ser que algún finquero de la región quiera agrandar sus finca hacia el piedemonte, y le resulte más fácil pasar la topadora después de que el incendio acabó con todo", dice.
Como fuere, a partir de hoy, Bertolini y su gente recibirán el refuerzo de 15 brigadistas federales del Plan Nacional de Manejo del Fuego, que llegaron ayer a Tucumán. Se trata de expertos en incendios de bosques, que son de Chubut y que cuentan con equipos propios. Emplearan en el terreno productos especiales que tienen la capacidad de retardar la propagación de las llamas.