Las autoridades de Salud admitieron ayer que hay 50 chicos -provenientes de tres barrios de San Luis- que contrajeron gastroenteritis, y que sospechan que la mala calidad del agua podría ser la causa. El Municipio informó que, a raíz de la sequía, cada vez cuesta más tratar el agua que llega de los diques a la planta potabilizadora.
Los resultados de los análisis de los chicos enfermos estarán listos en 48 horas. A muchos los atendieron en el Policlínico regional San Luis a donde llegaron con diarrea, deshidratación y fibre provocados, supuestamente, por una bacteria.
El ministro de Salud, Julio Quevedo, adelantó que el personal del área de Epidemiología tomó muestras de agua y de alimentos para analizar su estado. Y aseguró que la salud de los niños afectados no corre ningún riesgo porque reciben tratamiento en sus hogares. No descartó otros casos en el futuro "porque la cadena de contagios puede ser de una persona a otra".
La sequía en la provincia es de tal gravedad que la intendenta de la ciudad de San Luis, Alicia Lemme, debió admitir que cada vez cuesta más tratar el agua para que sea apta para consumo humano.
Los intendentes de las tres ciudades -la Capital, La Punta y Juana Koslay-, iniciaron una campaña de concientización para que se reduzca al máximo el uso del agua potable. Las autoridades también indicaron que si la sequía persiste, la semana próxima comenzarán los cortes programados.
El estado de emergencia hídrica que atraviesa la provincia se debe a que desde febrero no llueve y los diques comenzaron a disminuir sus niveles. Así, por ejemplo, el dique Cruz de Piedra que provee parcialmente agua a la ciudad de San Luis está secándose. El dique Esteban Agüero ya casi no provee de agua a la capital. El de La Florida, de mayor superficie, es el único que mantiene un nivel normal para esta época.
Ciudades turísticas como Potrero de los Funes ya decretaron la emergencia hídrica y prohibieron el uso del agua que no sea para tomar. Allí se cobran multas a los complejos que llenan piletas, y los vecinos no pueden lavar sus autos. Merlo, la principal localidad turística, está al borde de la emergencia hídrica. La situación es tal que los empresarios turísticos sostienen que si no llueve la temporada de verano podría perderse.
La provincia llegó a esta situación porque dejó de llover a comienzos de 2009 y las dos precipitaciones de nieve que hubo en invierno no alcanzaron para que los arroyos y los ríos pudieran mantener niveles aceptables en la llegada de la primavera.
A este panorama se le sumaron los incendios forestales, muchos provocados por el hombre pero ayudados por la sequía, las altas temperaturas y los vientos y que quemaron cerca de 280 mil hectáreas, provocaron tres muertos y pérdidas incalculables de bosque nativo, alambres y animales.
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