Aunque es noviembre todavía hace mucho frío en Cutral Co. La sensación térmica es bajo cero todas las mañanas, ayer llegó a los -9 grados así que todos los que se animaban a salir estaban abrigados como de invierno. Y, además, corre viento, que no desciende de los 40 kilómetros por hora de velocidad constante.
Con las condiciones climáticas descriptas, no hay agua. Siguen vigentes los cortes establecidos para recuperar reservas en el EPAS, no hay agua suficiente así que se corta a un sector de la ciudad para que llegue con suficiente presión a los barrios más altos.
Tantos años de entrevistas a diferentes funcionarios que trabajan para solucionar los problemas de suministro permitirían hacer una nómina interminable de razones y excusas esgrimidas para la falta de agua. Pero esta vez es inexplicable, el discurso oficial en principio fue contradictorio y luego se unificó pero sigue sin tener fuerza ni coherencia.
¿El consumo hace que no haya agua suficiente? No podríamos hablar de esta semana, porque sería absolutamente mentira decir que los vecinos regaron tanto que duplicaron el consumo normal. No hay más que cinco personas fanáticas de la vereda que la hayan lavado con este frío y viento.
Y en las semanas anteriores nunca se superó el registro de los 25 grados, que es diez grados menos de lo que puede registrarse en el verano. En cualquier día de verano la temperatura supera los 30 grados aunque después descienda durante la noche. Y ahí sí se arman todas las piletas de lona, se llenan las piscinas, se riega todas las tardes el patio. Pero ahora…
Es mentira, no puede ser que el consumo haya implicado la necesidad de cortar el servicio para recuperar reservas.
Porque se aseguró que no hay tantos usuarios nuevos como para producir un colapso de este tipo.
¿Quién miente? Los que aseguran que los nuevos conectados a la red no afectan al servicio o los que dicen que la producción es normal y está en óptimas condiciones.
Que habrá inconvenientes no es ningún secreto, que el EPAS impulsará cada vez su necesidad de recuperar recursos por la producción del agua es evidente. Pero también sería igual de productivo que la población sepa la verdad, que no le mientan, que cada uno acepte la parte de responsabilidad que le toca y que entre todos se intente obtener una solución lo antes posible.
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