Animalitos que corren buscando algún espejo de agua, pero no hay. Enjambres de abejas que se trasladan dejando de un lado al otro un zumbido ensordecedor.
De repente unos negros nubarrones cubren el cielo. Gruesas gotas nos obligan a salir por el camino de tierra que hace de límite entre las provincias de Chaco y Santiago del Estero, y que se inicia a los 417 kilómetros al este de Resistencia, sobre la ruta nacional 16.
De allí hay que tomar la ruta interprovincial, unos 74 kilómetros al norte de la carretera, donde según el relato de los productores y lo que se pudo observar, no sólo se produjo la mortandad del ganado vacuno, sino también de la fauna silvestre: caranchos, picaflores, zorros, garzas y también guazunchos.
Paisaje desértico
El camino y los extensos campos destinados al cultivo de la soja ofrecen un panorama casi desértico. “Aquí, aunque cayeron algunos chaparrones, enseguida se forman bancos de arena”, cuenta Ramiro Gauna, un changarín que encontramos en el camino en una vieja motocicleta 50 cc con una motosierra a cuestas.
“Tengan cuidado con las avispas y las abejas porque salen a buscar agua”, advierte. En los campos, la imagen parece un desolador paisaje del desierto. “Acá había cobertura, pero se quemó todo, y son como 600 hectáreas, ni el alambrado quedó”, agrega.
Las quemazones
El paisaje es desolador por donde se lo mire, ya que a la falta de lluvias generó que los resecos pastos se conviertan en un ámbito ideal para los incendios. “Anoche pasamos por aquí, las lenguas de fuego cruzaban el camino, de acá para allá, hacia donde está el parque (Nacional Copo, ya en territorio de Santiago del Estero)”, comenta Ricardo, joven productor que tiene una explotación a 40 kilómetros al oeste de Las Pirámides.
La fauna, en peligro
Lagunas secas, aguadas naturales donde sólo quedan esqueletos de roedores y aves. “Hay mortandad de todo tipo de aves y animales de la fauna silvestre, del lado nuestro (el Chaco) y no sabemos qué puede estar pasando en el Parque Nacional Copo, ubicado a la vera del mismo camino, pero en la provincia de Santiago del Estero.
“Palomitas, urracas, cardenales, halcones y hasta cuervos asoleados, pudimos ver. Yo conté hasta 22 guazunchos en el camino que estaban moribundos la otra noche, al costado del camino”, comentó Ricardo.
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