“¡Cierren El Chocón!” fue la orden del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, hace poco más de dos años cuando la escasez energética se transformaba en un problema sin solución. La exigencia se cumplió en parte y se guardó agua. El clima fue más benigno este año con la Patagonia y los últimos dos meses hubo temperaturas de otoño: nieve, viento y lluvias que rebalsaron los embalses de las hidroeléctricas. La recesión y una primavera fresca hicieron que ahora sobre la electricidad. Así se dio la paradoja de que las centrales Piedra del Águila y Pichi Picún Leufú abrieron sus vertederos provocando la evacuación de algunas familias en Río Negro y el elevamiento de las napas en Neuquén. En varias provincias del centro y norte del país otra vez se sufre la sequía, con pérdidas millonarias y racionamiento de agua para el consumo. Ayer en Córdoba el fuego arrasó con 30 mil hectáreas de campo.
La orden de Moreno de guardar agua en los embalses del río Limay –donde se produce cerca un cuarto de la electricidad de todo el país– se cumplió también durante este invierno.
Se esperaba una demanda energética que la crisis internacional y la recesión local deprimió. Sólo en marzo y julio creció el consumo eléctrico en comparación con el año pasado. El resto de los meses, el balance fue negativo.
Por eso dos represas abrieron sus vertederos para bajar los niveles de los lagos.
“Hubo que sacar el agua ahora, nos sobra. Tuvimos en los últimos 45 días menos temperatura de la esperada, más humedad, viento y lluvias”, dijo una fuente de la Autoridad Interjurisdiccional de las Cuencas de los ríos Limay, Neuquén y Negro (AIC), el ente oficial que regula a las hidroeléctricas.
La apertura del vertedero de una presa es un hecho extraordinario. Este dispositivo de alivio de una obra hidráulica de esta magnitud fue diseñado para casos de emergencia o para maniobras rápidas relacionadas con manejos del río.
Como Piedra del Águila es de por sí la presa más singular de la región, su vertedero tiene atractivos extras. La obra es la única del tipo de gravedad que hay en el norte de la Patagonia, con su estructura de 172 metros de alto (como un edificio de 50 pisos) de puro hormigón y detalles de construcción que no se ven porque están dentro de la roca.
Cuando comenzó a sentirse la escasez energética, el Gobierno metió mano en la generación eléctrica del Comahue.
El comité de crisis presidido por el secretario Guillermo Moreno ordenó almacenar agua para cuando llegue el pico de demanda eléctrica, generalmente entre julio y agosto y diciembre.
En la AIC dicen que ahora la decisión de abrir las compuertas no vino de Moreno sino que se tomó de común acuerdo con la Subsecretaría de Energía Eléctrica.
La crisis económica hizo que el consumo de electricidad cayera un promedio de 2,1% en lo que va del año, según datos de la Fundación para el Desarrollo Eléctrico, Fundelec.
Un aspecto no menor es que las represas de la zona tienen el deber de abastecer de agua a todos los productores de la zona del Alto Valle.
La preocupación es doble. Por un lado, que ahora se libere agua en exceso y se inunde la región. Por otro, que después no haya disponibilidad para el riego del verano.
“No hacemos locuras y no va haber impacto ambiental”, aseguraron en la AIC.
La contracara se da en el centro-norte del país y hasta en la misma Patagonia. Provincias como Santa Cruz y Chubut también padecen otra vez la sequía. Y en Córdoba el fuego recrudeció, provocando el mayor desastre forestal en el norte de la provincia.
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