Finalmente, luego de tanta espera y preocupación, hubo precipitaciones más importantes, durante la madrugada del viernes en el departamento Copo, trayendo esperanzas a sus pobladores.
Fue así que, se nubló, tronó y esta vez sí llovió, aliviando la crisis hídrica que en los últimos 3 meses mató de sed y hambre a más del 50% del ganado vacuno, además de incendios de más de 15.00 hectáreas de campos.
De modo que la lluvia registrada la noche del jueves y que se repitió por la madrugada del viernes, osciló en algunas zonas entre los 20 y 60 milímetros, cayendo como una verdadera bendición del cielo.
Cabe recordar que hacía 8 meses que pobladores, fauna y flora soportaban los días sin agua, con las represas agotadas, y los montes resecos y sin pasturas; por lo cual la mortandad del ganado se multiplicó y se estima que las pérdidas del sector superan las 40.000 cabezas, cantidad que según referencia de la Sociedad Rural, representa una pérdida del 50% del total de la producción bovina de Copo.
Asimismo, antes de la lluvia del viernes a la mañana, en el Parque Nacional Copo se incendiaron aproximadamente 2.000 hectáreas de espesa vegetación, sumándose a otras 10.000, incendiadas la semana pasada y que estuvieron ubicadas hacia el sur de la ciudad de Monte Quemado, entre la rutas 92 y 4, a raíz de lo cual, hubo que evacuar 30 familias de las poblaciones de La Providencia y Mortero, ante el peligro que corrían las viviendas de ser alcanzadas por el incendio.
Por lo que, en medio del desastre ecológico, la lluvia registrada la noche del jueves y la madrugada del viernes, hizo resucitar los montes, que se encontraban exhaustos y los copeños que parecía que iban a perderlo todo, recuperaron las esperanzas.
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