Especialistas aseguran que el aire está plagado de una serie de elementos contaminantes en suspensión. La falta de lluvias favorece la presencia de polen en el ambiente. Mientras dure la sequía, recomiendan mantener las casas aisladas del exterior para evitar el ingreso de las partículas impuras.
Hace más de ocho meses que en Córdoba no se registran los niveles de lluvia esperados para la época del año. Este escenario no sólo provocó una de las peores crisis hídricas de los últimos 30 años, sino que derivó en un incremento de los problemas respiratorios en la población.
Si bien en la provincia no existe un registro estadístico al respecto, se calcula que 1 de cada 3 cordobeses padece algún tipo de alergia o problema respiratorio y que muchos de ellos se enferman durante la primavera.
Por su parte, el especialista Carlos Baena Cagnani, miembro de la Alianza Global contra las Enfermedades Respiratorias Crónicas (Gard) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), explicó que la sequía no sólo afecta a los alérgicos sino también al común de las personas que puede percibir desde hace unos meses una serie de problemas respiratorios, como producto del polvo y elementos contaminantes en suspensión.
“El viento provoca la suspensión de elementos contaminantes del medio ambiente, que sin ser alérgicos, puede provocar problemas respiratorios”, explicó el especialista.
Es que el tracto respiratorio necesita de humedad para un buen funcionamiento y la suma de la sequía, los incendios y fuertes vientos, son un caldo de cultivo para molestias y complicaciones a este nivel.
En este sentido Baena Cagnani manifestó que no es mucho lo que se puede hacer para prevenir estos cuadros, “sólo mantener aislada la casa del exterior. Esto es no abrir mucho las ventanas para no permitir el ingreso del polen”, añadió.
Diagnóstico temprano
Destacó además la importancia de un diagnóstico y un tratamiento adecuado para quienes padecen estas complicaciones, ya que estos padecimientos se traducen en una mala calidad de vida, derivando en trastornos de sueño, irritabilidad en el entorno laboral y hasta dificultades para acceder a espacios de diversión.
De allí la importancia de estar atentos a estos síntomas tanto en adultos como en niños, ya que mientras antes se diagnostique y comience con un tratamiento adecuado más posibilidades hay de poder adquirir una mejor calidad de vida.
“Mientras más temprano mejor, se puede hacer desde los dos años de vida un esquema terapéutico para evitar que ese niño crezca con los síntomas de una alergia o cualquier sintomatología similar”, añadió el especialista.
Los especialistas recomiendan además no automedicarse y acudir al alergista.
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