En medio de declaraciones contradictorias entre el gobierno y organismos estatales sobre las causas del apagón que dejó a oscuras a la mayor parte del país, la fiscalía brasileña dio ayer 72 horas a las autoridades para que explicaran las causas del gigantesco corte de energía que afectó a unos 60 millones de personas el martes por la noche.
"Es un asunto ya cerrado", sostuvo ayer el ministro de Energía, Edison Lobão. Según el funcionario, el apagón fue causado por "descargas atmosféricas, vientos y lluvias muy fuertes" en Itaberá, en el sur del estado de San Pablo, que provocaron un cortocircuito que paralizó las líneas de transmisión con la central hidroeléctrica binacional de Itaipú, en la frontera con Paraguay, país que también quedó a oscuras.
Pero el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) descalificó ayer la explicación oficial, con el argumento de que el bajo nivel de electricidad registrado por la agencia el martes en la mayor planta generadora de Brasil "no pudo ser capaz de producir una desconexión de la red".
"Las posibilidades de que un rayo haya sido la causa del apagón son mínimas", afirmó el INPE en un comunicado, que se basó en el análisis de su Grupo de Electricidad Atmosférica.
Más tarde, el Ministerio Público Federal (fiscalía) emplazó al Ministerio de Minas y Energía, a la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel), al Operador Nacional del Sistema Eléctrico Nacional (ONS) y a la dirección jurídica de la empresa Itaipú Binacional a informar, en el plazo de 72 horas, sobre las causas del corte.
El procedimiento administrativo iniciado por el fiscal Marcelo Ribeiro, del estado de Goiás, también dio 15 días para que los organismos emitan un análisis del incidente, en el que indiquen a los responsables.
Las compañías de electricidad de Brasil y Paraguay ya habían planteado dudas acerca de los argumentos de Lobão, que alegó que no se encontraron daños en las líneas de transmisión eléctrica en el sur de Brasil y que la planta ha estado operando normalmente.
"Aunque hubiese habido una tempestad en la región próxima a Itaberá, con actividad de rayos en el horario del apagón, las descargas más próximas estaban aproximadamente a 30 kilómetros de la estación que sufrió los daños, y a 10 y 2 kilómetros, respectivamente, de las líneas de transmisión que salen de Itaipú", señaló el INPE.
Las contradicciones aumentan aún los interrogantes acerca de la capacidad de Brasil para organizar la Copa Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, y sugieren la posibilidad de que la infraestructura sea inadecuada.
Por su parte, el presidente Luiz Inacio Lula da Silva intentó dar garantías de que el sistema energético de Brasil está en buenas condiciones.
"No hubo falta de producción de energía. Se sigue generando energía. Tuvimos un problema en las líneas de transmisión", se defendió el mandatario.
Críticas
El apagón motivó una ola de críticas de los partidos opositores hacia el gobierno. Uno de los principales blancos fue la jefa de gabinete y precandidata presidencial, Dilma Rousseff, quien ayer pidió "no politizar" el apagón y negó una crisis energética en Brasil.
"No estamos libres de apagones. Nadie puede prometer que un sistema con miles de kilómetros de red no tenga interrupciones. El sistema fue golpeado por rayos, vientos y lluvias. El sistema se protegió", dijo Rousseff, ministra de Minas y Energía hasta 2005 y experta en el área.
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