Siempre en las crisis alguien encuentra oportunidades. Están los que venden más tanques de agua para quien quiere almacenar, los que hacen su agosto con el agua mineral en las zonas donde ya no se puede beber el agua de red y ahora se sumaron los que se dedican a hacer perforaciones para extraer agua de las napas subterráneas.
Este negocio multiplicó al menos por 10 su demanda en los últimos días, acentuándose ahora que rige la prohibición lisa y llana de regar los jardines. "Antes tenía dos o tres llamados por día; ahora recibo más de 20", cuenta Alejandro, de la empresa GA Perforaciones. "Tengo turnos dados hasta marzo, no creo que me pueda ir de vacaciones", dice.
Las zonas más demandadas en la ciudad de Córdoba son las residencias de los zonales seis y siete, según la caracterización de Aguas Cordobesas. Se concentra en barrios cerrados y countries del área noroeste y sur de la ciudad y en residencias con grandes parquizaciones.
También hay mucha demanda en las localidades del Gran Córdoba, aunque allí no hay demasiadas chances de encontrar agua. Hay que tener en cuenta que la empresa no garantiza el hallazgo del recurso: a veces hay en una zona y, en otra perforación muy próxima, no.
Un pozo a 30 metros de profundidad alcanza para riego y cuesta alrededor de 10 mil pesos. La bomba le agrega otros dos mil pesos. Una empresa demora dos días en hacerlo, con tres personas. "Uf... a mí me llaman dos o tres por día y yo no me dedico a eso, porque hago pilotes, se los paso a un colega", dicen desde Renz e Hijos.
Juan Undiamo tiene tanta demanda que puede hasta darse el lujo de elegir. "Yo hago de todo, pero habiendo trabajo, hago los de más envergadura; mis máquinas son demasiado grandes para algunos trabajos chicos", cuenta el titular de la empresa Geotrep.
En el campo, las perforaciones son de 100 a 200 metros, Uno de 100 cuesta alrededor de 37 mil pesos. Cada metro extra de profundidad le puede agregar entre 300 y 1.000 pesos, según la zona. "También es cierto que la demanda del hombre de campo ha mermado, porque quien hace ganadería está liquidado", cuenta. E insiste en que en la ciudad se destapó la demanda y no hay suficiente cantidad de empresas que puedan cubrirla.

Sin permisos. Para hacer una perforación hay que pedir la autorización a la Subsecretaría de Recursos Hídricos y luego, pagar un canon semestral que depende de la cantidad de agua que se extraiga. Pero lo cierto es que esta explosión de demanda por perforaciones es absolutamente informal. Las empresas reconocen que, de cada 100 perforaciones, apenas cuatro o cinco están autorizadas.
El titular de Recursos Hídricos, Jorge Masih, admite que pueda haber más demanda, e insiste: "Cualquier clase de perforación tiene que tener nuestra autorización". Asegura que se hacen inspecciones y, cuando se detectan, se clausura el pozo. No hay multas adicionales.
Un pozo que declare una extracción diaria de unos cuatro mil pesos está pagando unos 600 pesos semestrales de canon. Los grandes usuarios, que extraen más de 50 mil litros por hora, tienen un medidor que les mide el caudal instantáneo y el acumulado en los últimos seis meses. Las industrias o los emprendimientos agropecuarios que riegan de pozo extraen arriba de los 50 mil litros por hora.

Inversión
10 mil pesos cuesta un pozo de 30 metros de profundidad, lo mínimo que suelen hacer las empresas. El metro excedente cuesta entre 300 y 1.000 pesos, según el tipo de suelo y la profundidad total.

Dicen que las perforaciones no afectan las cuencas
Las perforaciones de agua que se están haciendo en algunas zonas de la ciudad de Córdoba no son preocupantes porque el agua allí es de mala calidad o muy escasa.
La definición, sorpresiva por cierto, pertenece a Héctor Frontera, titular de la cátedra de Hidrogeología de la carrera de Geología de la Universidad Nacional de Córdoba. El especialista repasó las principales zonas de la ciudad.

Zona noroeste. “Allí no se puede sacar o se logra poquísimo, de mala calidad”, dice. Es que en la zona del country Las Delicias hay un formación geológica (formación Saldán) que llega hasta Sinsacate, de un roca color rojizo, que está a poca profundidad y muy impermeable. “El que riega en Las Delicias lo está haciendo con agua potable”, agrega. Y cuenta que un conocido empresario perforó hasta 400 metros sin suerte.
Para Frontera, el agua subterránea en Villa Warcalde y en Río Ceballos es mala y no se puede potabilizar. En Chacras de la villa hicieron una perforación para riego, pero tenía tanta sal que se les secaban las plantas. “Algo en Villa Allende pueden estar sacando, pero no afecta a ningún sistema”, dice.

Zona sur. Según el especialista, hay agua a poca profundidad pero de mala calidad, como pasa en el Jockey Club. “La buena está a más de 200 metros y puede costar más que la casa sacarla”, grafica.

–Pero entonces no es grave extraer agua...
–No, en absoluto, salvo que hubiera una fuente de provisión de agua potable, como pasa en los countries que están en la zona de Falda del Carmen, que es la cuenca de Malagueño, que tienen que tener precauciones y no creer que tienen ganado el cielo, porque tienen hermosas canchas de golf y en algún momento eso se puede terminar.

Inquietud de productores
Representantes de municipios y de productores agropecuarios de Tercero Arriba se reunieron ayer con funcionarios de la Subsecretaría de Recursos Hídricos (ex Dipas), para exigir mayores controles en el uso del agua para riego en campos de la zona.
La reunión fue solicitada por el legislador del departamento Tercero Arriba, José Luis Scarlatto, tras una inquietud planteada por la Federación Agraria de esta región. Scarlatto anticipó que se formó una comisión de seguimiento del tema; el jueves se analizará la situación con los intendentes.
El legislador rescató que la ex Dipas se comprometió a avanzar en una nueva regulación que agudice los controles. Hay unos 60 pozos para riego rural habilitados por la Provincia, sobre todo en la zona de Tancacha y Hernando.
Scarlatto aseguró que los funcionarios sostiene que la extracción del agua para riego no afecta el abastecimiento de las mismas napas para el consumo humano y reconoció que debería actualizarse el canon.

Acueducto Paraná
El gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, se manifestó de acuerdo con el proyecto reflotado días pasados por su par de Córdoba, Juan Schiaretti, de construir un acueducto que lleve agua del río Paraná hasta el Gran Córdoba.
Schiaretti estimó que en 150 días estaría finalizado el proyecto y dijo: “Si Dios quiere, antes de que termine nuestro mandato, con el gobernador Binner, podemos darle inicio a esta obra clave”. El acueducto debería tener 500 kilómetros de largo y subir por bombeo el agua unos 500 metros, la diferencia de altura entre Santa Fe y Córdoba.

Esperanzas de que Córdoba empiece a mojarse este fin de semana
Se anticipan algunas lluvias. Faltan más de 300 milímetros para llegar al promedio.
Mientras la intensa sequía sigue generando muchas dificultades en casi todo el territorio cordobés, el pronóstico extendido que anoche publicaba el Servicio Meteorológico Nacional abría esperanzas de que la situación comience a mejorar. Se preveían precipitaciones para la tardecita o noche de hoy en Capital y alrededores y para algunos puntos del interior provincial, incluso en la sierras. No obstante, se trata de un pronóstico con 24 horas de anticipación.
Según el SMN, el tiempo inestable continuaría hasta el domingo, con posibilidades de que la humedad elevada con posibilidades de lluvia se extienda a los primeros días de la próxima semana. Las precipitaciones que se esperan pueden llegar, en algunos casos, como consecuencias de fuertes tormentas.
En el centro y norte provincial se registra un déficit hídrico de más de 300 milímetros frente al promedio histórico. Entre octubre del año pasado y lo que va del año, la ciudad de Córdoba lleva acumulados 514,2 milímetros de agua acumulada, contra 865,4 de media.
Según un informe que se publica hoy en el suplemento La Voz del Campo, en Villa María llovieron 461,3 milímetros contra un promedio de 797,5 milímetros.
Algunas zonas del sudeste provincial no están sufriendo tanto. Por ejemplo, en Marcos Juárez sólo faltan 86 milímetros para la media.
Ramiro Pereyra