La crítica situación de sequía que atraviesan varios distritos del sudoeste provincial no sólo impacta en la producción agropecuaria de la región sino que amenaza también el suministro de agua domiciliaria en distritos como Bahía Blanca, Coronel Rosales y Villarino.
En estos partidos del sudoeste ya se están desarrollando campañas de concientización para evitar el derroche de agua, y en el caso de Punta Alta –ciudad cabecera de Coronel Rosales-, ya rige una ordenanza que prevé fuertes multas para los vecinos que rieguen veredas y calles.
La gravedad de la situación llevó a la Provincia a desarrollar a través de la empresa estatal-sindical Aguas Bonaerenses (ABSA) un plan de contingencia para construir más de 30 pozos en Bahía Blanca y la zona que permitan inyectar más volumen de agua la red.
Pero las perforaciones no estarán funcionando en su totalidad hasta mediados de 2010, por lo que frente a una eventual emergencia de cara al verano ABSA dispondrá la instalación de 200 cisternas fijas con agua potable en Bahía Blanca y zona de influencia, distribuirá agua en bidones a los vecinos y hasta baraja la posibilidad de llevar el recurso a través de barcos y trenes.
RECURSO ESCASO
La amenaza de cortes prolongados durante el verano puso en alerta a las autoridades municipales y provinciales. Cada distrito constituyó una Mesa del Agua donde están representados todos los sectores sociales y productivos buscando evitar que la crisis hídrica se agudice.
El municipio de Bahía Blanca está pidiendo a los vecinos un uso racional de recurso: no regar, no lavar autos, no dejar canillas abiertas y no llenar piletas son algunas de las medidas propuestas para no dilapidar el escaso caudal de agua. En esa ciudad, no habrá por el momento multas para quienes desoyan el pedido. Los propios vecinos están denunciando a través de los medios locales a aquellos que gastan más de la cuenta. De hecho, mientras en los países desarrollados el promedio de consumo de agua por día y por habitante es de 200 litros en Bahía Blanca alcanza a los 500.
No obstante, el derroche sólo agrava un problema que empezó a volverse preocupante el último verano cuando la histórica sequía redujo a niveles impensados el caudal del dique Paso de las Piedras, la única fuente que alimenta la red de agua potable de Bahía Blanca y Punta Alta. La falta de lluvias se mantuvo durante los meses siguientes al punto de que hoy el dique llegó a la cota más baja desde su inauguración, hace 40 años.
La concejal bahiense Aloma Sartor (UCR) dijo a DIB que los males actuales podría haberse evitado si hace un año y medio, cuando -según sostuvo- comenzaron a hacerse evidente los problemas con el agua en algunos barrios de la ciudad se hubieran comenzado a buscar fuentes alternativas del recurso.
“Recién en junio de este año las autoridades locales y provinciales comprendieron la magnitud del problema. Se atrasaron los tiempos de las obras para realizar pozos que equilibraran la merma de agua del dique” dijo Sartor y agregó que “el temor está puesto en el verano ya que es muy probable que se llegue a un cuello de botella”.
Entre las empresas del polo petroquímico bahiense también hay preocupación y temen un posible corte del suministro. La empresa Profértil, ubicada en el Puerto Ingeniero White, redujo el uso de agua para producción urea y amoníaco un 10 por ciento en lo que va del año y hará otras restricción del 12 por ciento en 2010, dijo a esta agencia el gerente de relaciones institucionales de la empresa, Jorge Hernández. Hasta el momento, la firma logró mantener el nivel de producción reutilizando sus efluentes, pero desde Provincia ya advirtieron que si la situación se agrava en los próximos meses las empresas del polo deberán reducir fuertemente el consumo de agua.
CONTINGENCIA
Por su parte, la empresa estatales Aguas Bonaerense (ABSA) avanza contrareloj en la construcción de pozos en la zona con el objetivo de extraer el menor caudal posible del disque Paso de las Piedras. Según dijeron a DIB fuentes de ABSA, la extracción ya se redujo 25 por ciento lo que genera una menor presión en la red de agua.
Mientras tanto, se avanza en la búsqueda de fuentes alternativas de agua.
ABSA ya puso en funcionamiento 6 pozos en la zona del Bajo San José con una producción de 900 metros cúbicos/hora y tiene previsto la construcción de otros 10 para diciembre y 20 más para julio de 2010. La inversión total será de 140 millones de pesos. Pero hasta que el sistema no esté funcionado a pleno la amenaza de la emergencia seguirá latente.
En ese sentido, las fuentes dijeron que ya se aseguró la provisión de 140 mil bidones de agua potable cada dos días (en bidones de cinco litros) y la instalación de 200 cisternas fijas en los barrios bahienses para que los vecinos puedan acceder al recurso. Incluso se baraja la posibilidad de transportar agua a la región a través de barcos y trenes.
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