La prolongada sequía, el escaso caudal de agua en los arroyos, las fallas técnicas de la planta de bombeo y la magra perspectiva de lluvias llevaron a que el Municipio de Merlo y la Cooperativa de Agua declararan ayer el estado de alerta roja sobre la emergencia hídrica que rige desde agosto. La medida tiene un carácter preventivo y apunta a que los vecinos reduzcan al máximo el consumo para garantizar la provisión, aunque también se advirtió sobre la posibilidad de realizar cortes en el servicio si las condiciones climáticas no mejoran a corto plazo.
“El agua que aportan los arroyos no es suficiente para satisfacer la demanda de la población, y hoy dependemos casi en un 80% de la provisión que realiza la obra de bombeo”, señaló el presidente de la Cooperativa Domingo Malovini. La planta, inaugurada en junio, trabaja en condiciones “alternadas por inconvenientes de ajustes técnicos que se encuentran en vías de solución”, según indica el comunicado que comenzó a circular entre los vecinos para promover el uso racional del líquido.
Malovini explicó que los eventuales desperfectos registrados en la obra son producto de un inevitable período de sincronización, que se ve demorado por las exigencias de provisión que causan la sequía y los altos consumos. Y agregó que ayer se puso en marcha otra bomba extractora que permitirá incrementar “un poquito” el caudal de la red para abastecer a Piedra Blanca, uno de los sectores que dependía puramente del agua del empobrecido cauce homónimo.
Momentáneamente, el agua para consumo humano está garantizada, aunque “de no cambiar a corto plazo las condiciones climáticas y regularizarse las lluvias, esta emergencia puede alcanzar una situación crítica que nos obligaría a realizar cortes programados de servicio, si la red de distribución se deprime por un irracional consumo”. Para evitar esa medida que históricamente acompañó las calurosas primaveras en la ciudad, el Municipio informó que “aumentaran los controles e inspecciones para sancionar el derroche y mal uso del agua”, con multas que van de 300 a 2500 pesos según el grado de reincidencia.
“El labrado de actas es el último recurso que tenemos para que se tome conciencia sobre la emergencia. El objetivo no es recaudar más, sino cuidar los recursos para que la distribución sea igual para todos. La clave está en ser solidarios y responsables para sobrellevar la situación de la mejor manera”, aseguró el presidente de la Cooperativa.
Respecto a los niveles de consumo, Malovini se mostró optimista ya que según las estadísticas del organismo, en la última década hubo un descenso de 66 a 24,25 metros cúbicos en promedio por hogar. Y comparados con la capital puntana, los números parecen más alentadores: en San Luis, la estimación oficial ubica el consumo en 420 litros por día por persona, mientras que en la villa serrana la media es de 200 litros.
“Es una tendencia que se podría reducir todavía más en los próximos años, inducida por campañas y gestiones de la Cooperativa como la instalación de medidores. De todas maneras nos toca enfrentarnos a condiciones climáticas extremas e inconvenientes que escapan a nuestro alcance, y que solamente con la toma de conciencia de la comunidad pueden ser superados”, opinó Malovini.
De parte del Municipio también se instó a los vecinos a asumir un rol protagónico en el estado de alerta roja: “Uno de los factores determinantes para mitigar esta emergencia hídrica es la incorporación de los usuarios a un estricto uso doméstico del agua, evitando conductas vinculadas al riego de parques y jardines, al llenado de piletas, al lavado de vehículos y veredas, los que no solo se encuentran prohibidos, sino que constituyen una actitud irresponsable e irrespetuosa para todos aquellos vecinos que se comprometen con el cuidado del agua”. |
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