Una de las mayores reservas de agua dulce del mundo fue mapeada y analizada. Pero el proyecto para el desarrollo sostenible del Sistema Acuífero Guaraní está "demorado" tras concluir una primera fase. La falta de fondos es el motivo de ello.
Según la directora de Medio Ambiente de la Cancillería uruguaya, Susana Rivero, la segunda fase del ambicioso proyecto está demorada por falta de fondos de Uruguay y Paraguay, socios con Argentina y Brasil en la reserva subterránea de agua dulce. La primera etapa del proyecto a cinco años para los cuatro países del Mercosur contaba con el apoyo financiero del Fondo Global de Medio Ambiente, proveniente del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma). Pero el cronograma de financiamiento concluyó en enero de este año.
Al terminar la primera fase del proyecto, explicó Rivero, los cuatro países acordaron continuar con las investigaciones con presupuestos propios. Sin embargo, ni Uruguay ni Paraguay tienen aún un presupuesto asignado para ello. En cambio sí lo tienen Argentina y Brasil. Rivero agregó que al votarse en la próxima legislatura el nuevo presupuesto se incluirá una partida para la Dirección Nacional de Aguas y Saneamiento, un organismo del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente. La profundización de las investigaciones se demostraron como necesarias al saberse que los recursos del Sistema Acuífero Guaraní no son renovables, como por mucho tiempo se creyó. Sin embargo aún no se sabe si el recurso hídrico se terminará en un plazo de 100, 200 o 500 años.
Un consultor independiente que trabajó en el proyecto advirtió sobre la necesidad de ahondar en los estudios y dijo haber percibido falta de voluntad política de hacerlo por parte de Argentina.
DESINTERÉS. "Como consultor independiente en distintas reuniones en las que participé tuve la percepción de que había desinterés a nivel político por parte de Argentina para seguir dándole impulso al proyecto en su segunda fase. Esto no parecía ser casual, sucedía en medio del conflicto binacional por Botnia. Del lado brasileño había mucha buena voluntad; se notaba un mayor entusiasmo", dijo a El País el hidrogeólogo Danilo Antón.
El especialista uruguayo es, de algún modo, el padrino del proyecto. En 1996 propuso que a la reserva de agua subterránea se le llamara "Guaraní". Entre 2005 y 2008 viajó varias veces a Canadá -país donde residió durante años y donde también tiene nacionalidad- ya que los trabajos de investigación fueron encomendados a la consultora canadiense Livelin Internacional, con la que Antón guarda estrechos vínculos.
El especialista consideró que la segunda fase es "necesaria". "La primera fase fue extremadamente útil. De saber poco y fragmentado se pasó a saber insuficiente pero mucho. Ahora hay que bajarlo a tierra. La segunda etapa es ingresar propiamente en la gestión, que abarca por ejemplo elaborar reglamentaciones para la utilización del agua subterránea del acuífero Guaraní", sostuvo el experto.
Antón, quien trabajó desde el inicio del proyecto entre 1992 y 1993, recordó que llevó casi una década llegar a la implementación de un proyecto multinacional con apoyo de la ONU. La clave fue fijar algunas premisas tales como "gestionarlo de forma armónica y protegerlo como se hace con el río Uruguay, para el que se creó la Comisión Administradora".
SABER MÁS. No obstante, la percepción del experto uruguayo fue matizada por el director nacional de Aguas y Saneamiento del Mvotma, el ingeniero José Luis Genta. "No ha habido ningún problema entre los países. Lo que culminó fueron los fondos externos que permitían el desarrollo del proyecto", señaló Genta. El jerarca reconoció que "quedan muchas cosas por hacer", pero advirtió que sólo se ha demorado por falta de fondos. Por lo demás, Genta coincidió con el hidrogeólogo en cuanto a que los estudios hechos hasta ahora permitieron conocer aspectos del acuífero que hasta ahora no eran manejados. "Se ha podido saber que el acuífero no es una estructura hidráulica altamente conectada", señaló como ejemplo. Agregó para ilustrar que en cuatro áreas piloto estudiadas se identificaron conexiones. "Las aguas que ingresan en la zona de recarga de Rivera-Livramento demoran 10.000 años en llegar a Salto", indicó.
Precisamente, dentro del esquema de trabajo del proyecto, a Uruguay le corresponde el área Rivera-Livramento.
El cúmulo de información reunido por los estudios es considerado a nivel oficial como un verdadero éxito. "Cuando terminó el proyecto los cuatro países estuvimos de acuerdo en que había sido una estupenda forma de coordinación, y que se habían llevado a cabo investigaciones muy valiosas que individualmente eran muy difíciles de hacer", señaló por su parte Rivero, encargada del tema en Cancillería.
No obstante, aún resta mucho por hacer en cuanto a la gestión del recurso que no es igual en todos los países. Si bien en Uruguay se explotan las aguas termales en Salto y Paysandú -facilitado por la escasa profundidad en la que se encuentran las aguas subterráneas en esa región-, el país que hace un uso más intensivo es Brasil. A modo de ejemplo, en Riberao Preto, con una población de un millón de habitantes, el suministro de agua proviene de esta fuente. Una de las metas del trabajo multinacional es la de acordar una legislación común para la gestión del acuífero. En tal sentido, Rivero señaló que ya existe una suerte de borrador de proyecto conjunto en materia legislativa, pero aún falta mucho trabajo de las cuatro cancillerías. Mucho por hacer, entonces, por el tesoro hídrico. (Producción: R. Rossello, D. Rojas, Pilar Besada, María E. Lima, D. Friedmann)
Estudian explotación de un pozo termal en Río Negro
Entre los estudios realizados por el experto Danilo Antón sobre el Acuífero Guaraní sus pasos llegaron hasta Paso Uleste, al Norte de Río Negro. Allí existe una perforación desde hace 60 años de la que mana agua termal.
El pozo está en el establecimiento "El Viejo Pablo", de Juan Surkov. Para llegar allí se debe tomar por la ruta 3 hasta el kilómetro 27 e internarse unos 15 kilómetros por caminos de balasto y sembradíos, en los límites con Pasyandú.
El sitio fue perforado por Ancap en busca de petróleo hace ya más de medio siglo. Estas antiguas investigaciones son, en buena medida, las que posibilitaron el nacimiento de las hoy reconocidas aguas termales del litoral del país, sitios de fuerte atracción turística.
"Es un pozo artesiano con un caudal importante, sin necesidad de bombearlo", explicó el propio Antón.
Los estudios revelaron que sería necesaria una perforación de 900 metros, con lo que el agua llegaría a la superficie a una temperatura de 29 grados, por lo que habría que calentarla, tal como ocurre en otros complejos termales. A juicio del experto sería necesaria una inversión de US$ 500.000, costo que podría ser asumido por el Estado para su explotación. A juicio de Antón el Estado debería continuar una política de exploración en distintos puntos de esta zona, con vistas a futuras inversiones.
La posibilidad de una explotación turística del pozo termal es de particular interés para la Intendencia de Río Negro. "Nos interesa sobremanera. Nos reunimos en dos oportunidades con el dueño del campo y por esa razón enviamos a Danilo Antón (que es además asesor de Medio Ambiente de la comuna) a explorar el tema", dijo a El País el intendente Omar Lafluf.
El jefe comunal agregó que "se podría acceder al fondo nacional de preinversión, es decir que ya tenemos un canal de financiación. Lo que nos queda es seguir profundizando en la viabilidad del proyecto".
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