Se sabe que el agua es un recurso natural imprescindible para vivir, y eso se está notando en estos días con diques muy por debajo de su nivel normal y ríos que ya no son ni arroyos. Como consecuencia, miles de familias sufren el escaso suministro y los cortes, además de aumentar la cantidad de animales muertos y campos secos, entre otros problemas.
Pero a pesar de conocer su importancia y de las características semiáridas del suelo, el agua es uno de los recursos que en Córdoba más se derrocha.
Hay muchas formas de cuidarlo y en algunas casas ya se han puesto en práctica: cerrar el grifo mientras uno se lava los dientes, no limpiar con agua las veredas, hacer baños más cortos, etcétera. Pero a esas buenas costumbres pueden adicionarse artefactos que podrían reducir aun más el consumo.
Algunos podrían instalarse en cualquier casa, como aireadores para tres canillas, un grifo temporizador, una ducha teléfono y un inodoro doble comando, además de químicos para la pelopincho, un cubre piletas, un dispersor de agua para la manguera y piedras para conservar la humedad en un metro de tierra con plantas. Para esto, la inversión sería de 1.298 pesos, mientras que el ahorro de agua promedio treparía al 36 por ciento.
Así y todo, de una recorrida por distintas ferreterías y negocios de construcción se desprende que los cordobeses todavía no se preocupan por esto a la hora de construir, modificar o reparar la casa.
¿Qué se puede hacer?
En las canillas de toda la casa pueden adicionarse perlizadores que aumentan el volumen del agua porque se mezcla con aire. Estos dispositivos se aplican muy fácilmente y son baratos.
En el baño, la ducha teléfono también permite un gran ahorro y no requiere de una instalación especial.
En cuanto a inodoros, existen de doble descarga además de válvulas ahorradoras. Los primeros ofrecen la opción de realizar una descarga menor a los tres litros. "Si tenemos en cuenta que una persona utiliza el baño un promedio de cinco veces por día para orinar, se estarían ahorrando 35 litros diarios. En la ciudad de Córdoba serían 52 mil metros cúbicos por día", explicó José Li Gambi, titular de la cátedra de Instalaciones Edilicias y Redes de la Universidad Nacional de Córdoba. Es la cantidad de agua que necesitan dos mil familias por mes.
Pero más allá de su implementación, sin dinero y con lo que ya está instalado, también se puede ahorrar. Por ejemplo, si se presiona hasta la mitad el botón o perilla del inodoro, la descarga de agua disminuye a la mitad. Además, puede colocarse dentro de la mochila, cuidando que no obstruya el mecanismo de descarga, un ladrillo o una botella de plástico que reemplace gran parte del agua que el sanitario utiliza cada vez que se descarga.
Por otro lado, siempre hay que revisar posibles fugas en los inodoros. Para ello, basta con añadir un poco de café frío o líquido coloreado a la mochila y esperar unos minutos. Si el color aparece en la taza, es porque el sanitario tiene una fuga y, en ese caso, hay que reemplazar las piezas interiores.
Aislar las tuberías de agua caliente con cinta térmica ayuda a mantener el calor y evita tener que dejar correr tanta agua fría al esperar a que salga caliente.
Como adaptar la casa para el ahorro
Cambios en las normativas que ayudarían
El reglamento para instalaciones domiciliarias es de 1978.
Especialistas de la Universidad Nacional de Córdoba entienden que se deberían modificar algunas normativas para avanzar en la racionalización del recurso hídrico.
"Frente a la crisis, se desnudan una infinidad de problemas de infraestructura y las campañas de concientización que son necesarias. Pero hay que empezar a generar la posibilidad de colocar barreras físicas que ahorren agua", indicó José Li Gambi, titular de la cátedra de Instalaciones Edilicias y Redes, de la Facultad de Ciencias Exactas.
La reglamentación para las instalaciones de agua en los domicilios es de 1978. El marco regulador sobre el servicio, sancionado en 1994, facultó a la Provincia a que cree una norma más moderna. "Desde 1994 que Córdoba tiene en espera esta reglamentación. Éste es el momento para que se realice", aseguró Li Gambi.
El especialista entiende que a las obras nuevas se les debería obligar la instalación de dispositivos ahorradores, como grifos con perlizadores y mochilas de inodoros con doble comando. Según Li Gambi, no hay razones políticas, económicas o tecnológicas para que no se instrumente una nueva norma, sino que es por falta de iniciativa o desconocimiento.
"Al igual que ocurre con el servicio de gas, los concesionarios del servicio de agua (Aguas Cordobesas y cooperativas) serían los encargados de controlar las instalaciones en el interior de la vivienda. Para las construcciones ya hechas se debería implementar un mecanismo paulatino para adecuar las instalaciones", agregó.
"No son medidas o lujos del Primer Mundo. En Perú todos los inodoros tienen doble comando. Son medidas de lugares en los que no hay agua", insistió. La encargada de generar una nueva normativa es la Subsecretaría de Recursos Hídricos provincial.
Por su parte, Santiago Reyna, titular de las cátedras Obras Hidráulicas e Ingeniería Ambiental de la misma facultad, entiende que también debería modificarse la reglamentación para la medición.
"Los edificios de departamentos tienen todo el sistema de agua unificado y no se puede identificar quién consume más y quién menos. Para medirlo, no basta con aplicar medidores. Directamente hay que modificar la reglamentación para que cada uno pague lo que consume", explicó.
Detrás de cámara
La historia avisa
La civilización maya se terminó tras una sequía devastadora.A la nuestra no le va tan mal, aunque siempre estamos a tiempo. Por Edgardo Litvinoff - elitvinoff@lavozdelinterior.com.ar
Sigue siendo un misterio sin resolver. Pero muchos historiadores consideran que la gran civilización maya murió de hambre y de sed durante los siglos IX y X, como consecuencia de una serie de sequías devastadoras.
Los mayas ayudaron bastante, deforestando lo que encontraban para poder alimentar a tanta población. Necesitaban, por ejemplo, quemar unos 20 árboles para conseguir un metro cuadrado de la cal con la que construyeron sus templos y monumentos. Desde estos pedían piedad a Chac, el señor de la lluvia, para que reparara el equilibrio ecológico roto, entre otros factores, por levantar altares en su honor.
La historia del mundo es rica en este tipo de catástrofes: en el año 846 de nuestra era se produjo la gran sequía de Al Andalus, que dejó despoblada en poco tiempo a toda la provincia española de Almería.
Algunos historiadores señalan que la sequía europea de 1773 fue de tal magnitud que el Danubio podía cruzarse a pie. Y en 1850, la desaparición de la papa por culpa de la sequía hizo que la mitad de los irlandeses emigrara a Estados Unidos.
En Argentina, estas calamidades son recurrentes, pero pocas como la llamada "Gran seca" que azotó entre 1827 y 1830.
En el Registro Estadístico de Buenos Aires (1857) se menciona que en aquella ocasión "todo el país fue convertido en un inmenso desierto. Los animales salvajes reunidos a los bueyes y a los caballos erraban en vano sobre esta superficie quemada para procurase un poco de agua, un poco de alimento; se dejaban caer al suelo, extenuados de sed, de hambre y de debilidad, para no levantarse más". Y añade que "la existencia del hombre estuvo más de una vez comprometida, hasta en las habitaciones, hasta en los pueblos, por una singular modificación del fenómeno de transporte de polvo".
Algo de esto nos suena…
Anunciada. Tampoco hay que irse tan atrás en el tiempo para descubrir que estas catástrofes son casi siempre anunciadas y que la sabia naturaleza suele dar tiempo para prever los años de vacas flacas. Que no la escuchemos, es otra cosa.
Basta con repasar algunas de las notas publicadas por La Voz del Interior en los últimos años para mostrar que nada de lo que pasa hoy nos era ajeno. Van algunos pocos ejemplos:
"El agua es escasa, pero se derrocha" (12/02/2006). Mostraba la desmesura con la que se utiliza este elemento en Córdoba, en relación con otros distritos.
"La provisión de agua, en alerta amarilla" (15/12/2007). Se comienza a restringir el riego en el cinturón verde de Córdoba.
"La alerta amarilla no logra frenar el derroche de agua" (08/01/2008). Las Sierras Chicas, al límite de cortar el servicio.
"Está casi desmantelado el centro que estudia de dónde sacará agua Córdoba" (27/09/2008). Se trataba del Cihrsa, creado para estudiar la provisión en la región semiárida.
"Peligra el tanque de agua de Córdoba" (25/05/2008). Las sierras cada vez "fabrican" menos agua.
"Sierras Chicas: proveen menos agua" (20/01/2009). Sistema restrictivo de provisión por las altas temperaturas y la suba del consumo.
"Veinte por ciento de los cordobeses, sin agua potable" (22/03/2009). Son 640 mil personas de un centenar de pueblos y parajes.
Y así sucesivamente.