“Yo voy a ir en un avión: nube que se me atraviese le lanzo un rayo para que llueva”. En una más de sus llamativas declaraciones, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, anunció que comenzará a “bombardear” con rayos las nubes para provocar lluvias y aumentar el nivel de los embalses, cuyos bajos niveles están provocando racionamientos de agua y de electricidad.
El mandatario, que ha llamado a la población a seguir su ejemplo de ducharse en tres minutos y no utilizar jacuzzis para ahorrar agua, precisó que la estrategia se llevará a cabo con la ayuda de equipos y técnicos provenientes de Cuba.
“Ya llegaron con un equipamiento especial y ya estamos montándolo en los aviones Hércules nuestros y vamos a comenzar a bombardear nubes”, dijo Chávez.
En realidad, no se trata de otra ocurrencia desopilante de Chávez sino que es una técnica que ya se ha implementado en otros países, como China.
La técnica consiste en lanzar con cañones municiones de yoduro de plata, un catalizador que genera una reacción química al contacto con las nubes que libera hidrógeno, y éste a su vez, al combinarse con el oxígeno de la atmósfera, produce agua o nieve, según la temperatura.
En Venezuela, un litro de agua cuesta casi lo mismo que llenar el tanque de nafta de un auto. En los barrios empobrecidos de las afueras de Caracas, la escasez de líquido se traduce en largas colas para abastecerse de los camiones hidratantes que recorren los vecindarios regularmente.
Mientras Chávez culpa por la crisis hidro-energética al fenómeno climático de El Niño, así como al aumento del consumo y el derroche, los críticos de su gobierno lo atribuyen a la nacionalización de empresas eléctricas en el 2007 y a la falta de inversión en infraestructura.
Ante el creciente malestar de la población por los apagones y racionamientos, y la cercanía de las elecciones legislativas del 2010 en las que el líder bolivariano espera mantener la mayoría, Chávez anunció la creación de un ministerio para atender la coyuntura eléctrica. |
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