En el norte provincial los malos pronósticos se cumplieron: la crecida del riacho Seco trajo serios problemas a la circulación vehicular y humana, sobre la ruta nacional 34, a la altura de Urundel.
Entre las 2 y las 9.30 del sábado nadie pudo entrar ni salir de la localidad. La zona se convirtió en un verdadero pantano.
Los lugareños y los que se dirigieron a esa parte del territorio provincial vivieron una verdadera odisea en las primeras horas de ayer.
El agua bloqueó el paso y varios camiones y autos quedaron varados. Ayer sólo pasaban rodados livianos.
El agua y el barro dejaron camiones y automóviles varados; también se atascó la camioneta que traslada los ejemplares del diario El Tribuno hacia el norte provincial.
A fines del mes pasado, los vecinos habían manifestado su preocupación a este medio: eran fuertes y firmes los temores de quedar aislados cuando llegara el período de lluvias.
Es que desde hace siete meses, en el kilómetro 1.300 de la ruta nacional 34, se construye el nuevo puente sobre el río Seco. Por eso, el tránsito por esa arteria se suspendió y se habilitó el cauce del río como un camino alternativo hasta que se concluya el proyecto.
Un pantano
Vialidad Nacional informó que “en caso de una crecida, se usará el puente viejo que todavía no fue demolido”. Sin embargo, el sábado fue un caos.
Según el relato de los lugareños, la tormenta fue intensa pero duró menos de una hora.
El agua bajó rápido y el caudal creció “en un abrir y cerrar de ojos”. Hubo una larga fila de autos y camiones parados. La crecida y el barro provocaron que algunos rodados, sobre todo los de gran porte, quedaran enterrados durante varias horas.
Efectivos policiales de Urundel (en el departamento de Orán) explicaron que “el agua no entró por los tubos que canalizan el cauce del río Seco y se desvió por el camino que cruza por debajo de la obra en construcción, sobre la ruta 34.
Desde las 2 hasta las 9.30 de ayer, nadie pudo entrar ni salir de la localidad”. Además confirmaron que el puente viejo permaneció inhabilitado.
Desde Vialidad Nacional, el jefe de la División Obras, Humberto Morales, señaló que el viejo puente no fue habilitado porque “todo sucedió a la madrugada”.
Morales aseguró que en los próximos días aceitarán las tareas a practicar para cuando sucedan contingencias de este tipo.
Ayer a la tarde la situación climática mejoró y en forma lenta se normalizó el tránsito de los vehículos.
La obra
La construcción del nuevo puente sobre el río Seco tiene un avance superior al 50 por ciento, indicaron días atrás autoridades de Vialidad Nacional.
El proyecto fija un plazo de 18 meses. La obra sobre la ruta 34, a la altura del kilómetro 1.300, comenzó hace siete.
Desde el organismo se estimó que es muy probable que se termine “antes del plazo establecido”.
Sigue el temor en el paraje La Quena
El inicio del período de lluvias también despertó el temor de los habitantes del paraje La Quena, en el norte salteño. El pequeño lugar está a pocos metros del río Bermejo. Allí, las 50 familias no duermen tranquilas por el miedo constante a quedar inundadas o cubiertas de lodo.
Semanas atrás, los lugareños presentaron una nota a la constructora Covico, encargada de realizar obras de alteo y reparación de la ruta nacional 34. También expusieron su situación ante la intendencia y la Dirección Nacional de Vialidad.
La preocupación colectiva nació porque la empresa hizo durante meses un gran movimiento de suelos. Los materiales fueron trasladados a otra obra entre Pichanal y Orán y literalmente se tiró abajo un cerro, el mismo que año anteriores en las épocas de lluvia se desmoronaba sobre la cinta asfaltica. De esta forma se cortaba el tránsito por la ruta por varias horas en un tramo de casi 2 kilómetros.
Dos metros abajo
Por los recientes trabajos que se concretaron en la zona, el paraje La Quena quedó casi dos metros por debajo de la ruta 34.
Las familias que allí residen señalaron que no se construirán las alcantarillas que debían canalizar toda la correntada que bajará del oeste pese a que estaban previstas en el presupuesto original.
La preocupación aumentó cuando la empresa retiró casi la totalidad de las maquinarias.
En el texto que elevaron a la constructora, a la intendencia y Vialidad Nacional señalaron:“Comprometemos a ustedes a construir un canal de suficientes dimensiones y que desemboque en el río Bermejo porque de otra manera la comunidad de La Quena quedará inundada de agua y lodo que bajará de los cerros. Covico retiró toneladas de tierra de los cerros para realizar las reparaciones sobre la ruta 34, quedando estos terrenos totalmente vulnerables a cualquier lluvia”. Aún esperan que se haga algo para evitar una tragedia. |
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