Con la tentación del negocio que promete la falta de energía en el país, los emprendimientos hidroeléctricos vuelven a cobrar vigencia en la región y el gobierno chubutense anunció esta semana que reflotará el polémico proyecto denominado La Elena.
El plan prevé la construcción de una gran presa de 40 metros de altura y 141 metros de longitud, con unos 100 millones de dólares de costo, para generar 100 megavatios de potencia. Se ubica en la cuenca del río Carrenleufú, a unos 80 kilómetros al sur de Esquel.
Fue el secretario de Infraestructura de Chubut, Alejandro Pagani, quien adelantó la semana pasada que la administración provincial "retomó" el plan para levantar una presa en la zona de Corcovado, que ya tuvo fuerte oposición de grupos ecologistas en la década pasada.
Según el funcionario, ya están trabajando "con gente de la Universidad Nacional de Córdoba y muy pronto vamos a tener algunos resultados como para empezar a exponerlos". No obstante, aclaró que "faltan los estudios ambientales y definir la financiación".
Entre otros puntos, en su momento los habitantes de esa zona advirtieron que "un megaproyecto como La Elena cambiará el paisaje definitivamente, la dinámica de la naturaleza y la vida de todos los habitantes. Estos cambios serán drásticos e irreversibles, la identidad natural de la región será reemplazada por estructuras artificiales. Los impactos negativos que acarreará serán sobre el clima, el suelo, el agua y en la salud humana. También habrá impactos sociales, económicos y culturales".
Oficialmente se sostiene que la electricidad de La Elena será inyectada al mercado eléctrico nacional, "con lo cual Chubut realizaría un aporte necesario para paliar la crisis energética del país".
Sin embargo, a criterio del ambientalista local Hugo Rodríguez, "este aporte de la provincia sureña estará concesionado a algún grupo empresarial de capitales extranjeros durante al menos 20 años?, y está claro que no será la Capital Federal y el Gran Buenos Aires las que cargarán con los costos ambientales y sociales de la construcción de represas".
Desde su óptica, "la crisis energética del país es la crisis del centralismo político y parece que las provincias deberán pagar la cuenta de la fiesta y los platos rotos. Corcovado ya realizó un importante aporte energético a la provincia desmontando el 70% de su masa boscosa original para la provisión de leña".