La escasez de agua en Atacama está obligando a las empresas que allí operan a buscar alternativas para abastecerse del recurso. Una de ellas es CAP, que está desarrollando un extenso plan de proyectos por cientos de millones de dólares en la región.
Bajo este contexto, la compañía ingresó ayer a trámite ambiental ante la Corema de Atacama el proyecto Abastecimiento de Agua para la Minería del Valle de Copiapó, que tendrá un costo de US$ 248 millones y en el que consta como titular la empresa Cleanairtech Sudamérica S.A., cuya propiedad pertenece en un 99,9% a Tecnocap, firma que es controlada en un 99,9% por CAP.
La planta desalinizadora se ubicará en un sitio costero contiguo al puerto Punta Totoralillo, en la comuna de Caldera, e incluye la unidad desaladora propiamente tal y sus obras asociadas: captación de agua de mar, emisario submarino y un ducto de 117 kilómetros de longitud -con su respectivo sistema para impulsar el agua hasta destino-, cuyo terminal se emplaza en la planta de Magnetita, que la firma construye en la localidad de Tierra Amarilla.
La construcción requerirá un máximo de 760 trabajadores, de los cuales 460 se destinarán a la planta y 300 al acueducto. Una vez construida, la unidad requerirá 26 trabajadores en tres turnos.
Según el director del Centro de Minería de la UC, Gustavo Lagos, el Valle de Copiapó es la zona más crítica del país desde el punto de vista de la disponibilidad del agua, lo que se debe, en su opinión, tanto a la escasez como al poco control del Estado sobre el consumo de quienes tienen derechos constituidos.
Se acaba el agua
"Esto obliga a las empresas mineras a invertir. Sobre esto hay distintas opiniones, pero obviamente habiendo una necesidad de agua adicional grande, la desalinización es una alternativa, y la minería tendrá que evaluar", explica el experto.
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