La sequía golpea de formas diversas. Primero lastimó campos en regiones agropecuarias y demolió allí esperanzas económicas. Ahora invadió las casas, se entrometió en las necesidades sociales más básicas de las personas que tienen como única propiedad la vivienda familiar.
En este pueblo, a 40 kilómetros de la capital cordobesa, la lucha por el agua empieza a ser cuestión de supervivencia. Los 12.000 habitantes aún no llegaron a niveles de desesperación y sus calles mantienen la calma serrana. Se las ingenian para aprovechar cada gota. Pero saben que los pozos se secan y, aquí, el problema es ya muy grave. "La situación es más que aguda y no hay mejoría. Mil familias no tienen agua y reciben ayuda en sus domicilios, pero con los camiones cisterna sólo podemos pasar cada siete días por la casa de cada uno de los afectados por la cantidad de pedidos que tenemos", explicó el intendente Sergio Cornejo.
El jefe comunal no oculta ni minimiza el problema. Confirma que el 50% de su población no tiene agua y que sólo puede asistir a sesenta familias por día con el reparto.
Prepara un plan de contingencia frente a los desalentadores informes meteorológicos. Dispondrá tanques con agua comunitarios para que cada persona se abastezca con bidones. El pueblo respondió a la emergencia con tranquilidad. Salsipuedes tiene 13 pozos de extracción de agua. Uno está seco, siete en estado crítico y los otros cinco funcionan a menos del 40 por ciento de su capacidad.
La mejor visión para un habitante de Salsipuedes es que aparezca alguno de los camiones con agua. Eso significa hoy un cambio total para sus vidas cotidianas. Perla y su hija Andrea recibieron el suministro cuando las visitaba LA NACION. "Gasté 70 pesos esta semana para comprar bidones con agua para beber y cocinar. Con lo que nos dejan en el tanque nos bañamos y lavamos. La ropa la lavamos una vez a la semana y usamos de nuevo esa agua para el inodoro", contó Andrea que, como otras personas del lugar, hace peripericias para sostener la calidad de vida en medio de la sequía.
En ese barrio el camión ayudó a siete familias. La ayuda llega en el cisterna de 8000 litros. Pequeño tanque frente a la dimensión de la emergencia. Los conductores hacen varios viajes al día. En la ruta los comercios de venta de tanques de agua confirmaron que aumentó la demanda de equipos más grandes, de 2500 litros, para almacenar lo que se pueda. "La gente no tomó conciencia hasta que faltó el agua y algunos ni siquiera entonces respetaron al otro", dijo Cornejo. Las tenues lluvias no traen alivio y la emergencia en Salsipuedes apenas comenzó.
Lluvias copiosas en otras zonas
Mientras la falta de agua jaquea varias zonas del país, ayer se produjeron intensas precipitaciones en la ciudad de Buenos Aires, el conurbano bonaerense, el este cordobés, Entre Ríos y Santa Fe. El Servicio Meteorológico Nacional informó que al menos hasta el jueves se esperan tormentas con fuertes vientos y la probable caída de granizo. Aunque algunos pronósticos alentaban ayer la probabilidad de precipitaciones en las zonas castigadas por la sequía, lo cierto es que la situación no arrojó ningún cambio.
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