La comunidad pesquera de la isla de Mbeta, en el sudoccidental distrito zambiano de Shangombo, depende del río Zambeze, pero también le teme.
El Zambeze se desbordó el año pasado y arrasó las viviendas de Mbeta.
Mulemwa Kalaluka es un conocido pescador de Mbeta que emplea una técnica tradicional, con arpón y trampa de peces, y es dueño de un barco pesquero. Está contento porque en esta estación la pesca fue abundante y le permitió alimentar a su familia y vender el excedente a pescaderías de localidades más grandes.
Los residentes de Mbeta también cultivan, en especial cuando el nivel del agua es alto o cuando la pesca está vedada por ser temporada de reproducción.
Las inundaciones de la temporada 2008-2009, que sumergieron totalmente a la gran isla y obligaron a la población a huir, resurgen en el recuerdo de la gente poco antes de la estación lluviosa.
"Fue muy duro", recuerda Kalaluka, las peores desde 1958, según la población local.
"Al principio ignoramos el aviso de los líderes locales de que teníamos que mudarnos. Pensamos que eran lluvias normales, y que pasarían como todos los años", apuntó.
Para cuando se dieron cuenta de que ocurría algo inusual, ya era demasiado tarde. Cientos de personas se refugiaron en una escuela de Mbeta, que a los dos días también estaba inundaba.
La gente debió ser evacuada en barcos pesqueros y en balsas porque el nivel del agua aumentaba a cada segundo. En el apuro, el ganado se perdió y se salvaron muy pocos alimentos básicos que la gente había podido guardar.
Todo el distrito de Shangombo se inundó y quedó aislado del resto del país porque los puentes fueron arrasados por la corriente. La gente fue evacuada hacia tierras altas como el ex campamento de refugiados de la localidad vecina de Namgweshi.
La ayuda a los damnificados fue temporal, duró alrededor de un mes.
La gente pudo regresar a sus hogares, pero hay grandes probabilidades de que ocurra lo mismo este año.
Puede haber inundaciones en esta temporada, fue la respuesta del legislador del distrito, Mubika Mubika, al ser consultado por las medidas de ayuda a la población.
"Sólo Dios sabe qué pasará", respondió Mubika ante la insistencia sobre la suerte de los residentes de la isla si el río se desborda como la temporada pasada.
Hay un programa de reubicación permanente para quienes estén interesados, dijo finalmente Mubika, quien además integra el gabinete.
Pero los lugareños entrevistados no saben nada del programa, salvo por las declaraciones de políticos en campaña electoral.
El administrador de Shangombo, Misheck Kabayo, insistió en que las personas damnificadas no habían regresado a las tierras bajas. Todos fueron reubicados en aldeas altas. Los que están en zonas peligrosas van a pescar, pero regresan a lugares seguros.
Pero Kabayo reconoció que todavía no se puso en práctica la reubicación permanente. "Ya identificamos las tierras y esperamos parcelarlas muy pronto para distribuirlas", señaló.
Pero sus afirmaciones no concuerdan con la realidad en el terreno.
"No tenemos más opción que volver aquí", señaló enojado el agricultor Mundia Kabutu. "¿Qué esperan que hagamos? Aun si nos quisiéramos mudar, ¿adónde vamos a ir?", añadió.
La ayuda es temporal y no alcanza para empezar una nueva vida en un entorno diferente, se lamentó.
"¿De qué gobierno hablas?", se enfadó Kabutu. "No pueden ni construir una ruta adecuada para conectar este lugar con el resto del país, ¿y esperas que nos construyan casas nuevas?", añadió.
"Cuando vuelva el agua nos mudaremos a ese lugar alto, pero luego volveremos para seguir con nuestra vida aquí", señaló Sibeso Nasilele.
A los 61 años, Nasilele no imagina una nueva vida fuera de Mbeta. Quizá los jóvenes estén más dispuestos, apuntó.
"Nací y moriré aquí pues ya estoy en el ocaso de mi vida", añadió.