Por primera vez en su historia, la Ciudad definió cuáles son las 21 principales amenazas que podrían poner en peligro la vida de los tres millones porteños que habitan en los 202 kilómetros cuadrados de Buenos Aires, la metrópoli más poblada de la Argentina. Cómo era de esperarse, las lluvias torrenciales y los vientos fuertes encabezan el ranking, sin embargo, la veintena de prioridades se completa con inundaciones por precipitaciones y sudestadas, incendios, incidentes en el transporte terrestre, aéreo y fluvial; en concentraciones humanas, en el transporte de mercancías peligrosas, fugas de gas, explosiones, actos vandálicos masivos, derrumbes y hundimiento del suelo, olas de calor y de frío, cortes extendidos en el suministro de agua, gas y energía eléctrica, intoxicaciones y contaminaciones, emergencias nucleares, granizo y nevadas, carencia de productos esenciales, actos terroristas, nubes tóxicas y, finalmente, la aparición de epidemias y plagas.
Este inédito sistema de prioridades, al que accedió este diario en exclusiva, fue establecido hace dos meses, luego de que la comuna promulgara el nuevo Plan Director de Emergencias, una norma dictada por decreto que define “un marco de referencia para que todas las áreas del gobierno porteño den respuesta ante situaciones de amenaza a la comunidad”. A partir de ahora, este nuevo esquema, que pone a la Subsecretaría de Emergencias como la máxima autoridad en todos los casos, se activará en forma automática luego de que sea declarado el estado de emergencia y desastre, y la zona de emergencia, dos potestades que la Casa Rosada le confirió al jefe de Gobierno Mauricio Macri en julio de 2008, cuando el entonces ministro de Justicia y Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, firmó un convenio especial con su par porteño, el ex juez federal Guillermo Montenegro. Desde entonces, los dos poderes acordaron que será el jefe de gobierno porteño quien activará y anulará el estado de emergencia.
Según el Plan Director, cuando alguna de las 21 amenazas de materialicen, se definirá el incidente. Su magnitud y gravedad, dependerá, específicamente, de “la movilización y organización de los servicios de emergencia que requiera de acuerdo a la cantidad y gravedad del evento adverso”, si es necesario “el rescate y transporte de un gran número de lesionados”, si ocurre “la destrucción parcial o total de infraestructura crítica” o si hay “desplazamientos poblacionales, severas alteraciones del ecosistema, o el incremento de la demanda generada por el público y los medios de comunicación social”, es decir, cuando el miedo colectivo comienza a llevarse todos los titulares.
Fuentes del gobierno porteño explicaron que el nuevo plan organiza a los 350 integrantes de las Direcciones de Defensa Civil, Guardia de Auxilio y Logística. Las tres áreas, además del SAME y de la Dirección de Comunicación Social, deberán actuar de acuerdo a un protocolo especial para cada amenaza. Si la tragedia ocurre, el nuevo plan obliga a la Ciudad y la Nación, a crear, de inmediato, tres comandos especiales de acción y tres zonas delimitadas por cordones. El epicentro será la zona de impacto, la porción que la rodee, será la zona de influencia, y por fuera estará la zona de adyacencia. El plan también establece que, si la morgue se encuentra desbordada, exista un sistema para contratar cámaras refrigeradoras móviles que permitan preservar e identificar los cuerpos de las víctimas fatales. Hasta ahora, en la mayoría de las tragedias sólo reinó el caos. El nuevo plan busca evitar que la historia se repita.
El corazón del Gran Hermano porteño
Dentro de un año, todo el sistema de emergencias de la Ciudad será coordinado desde la esquina de Jorge Newbery y Guzmán, es decir, el corazón del barrio porteño de Chacarita. Allí funcionará el Centro Único de Comando y Control (CUCC), un edificio de dos pisos y 2.400 metros cuadrados que albergará el call center de la línea 103 y donde se concentrarán todas las comunicaciones y derivaciones relacionadas con emergencias y delitos. El objetivo de este complejo será centralizar urgencias durante las 24 horas, los 365 días del año y articular todas las emergencias médicas, civiles y sociales. Pensado para coordinar a todos los móviles de la nueva Policía Metrolitana, en caso de desastre también coordinará la movilización de bomberos y ambulancias, además de los dos hospitales móviles y de todas las grúas y equipamientos especiales que tiene la comuna para enfrentar incidentes graves. Desde la comuna confirmaron que el CUCC estará en funcionamiento en diciembre de 2010, pero que las últimas inundaciones ya fueron abordadas de acuerdo con el nuevo Plan Director que funciona desde fines de agosto.
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