Apenas tres días se sumaron al mes completo transcurrido desde que el caño maestro de la empresa AySA que va soterrado por debajo de la calle Humberto Primo explotara por primera vez. Ayer, volvió a repetirse el inconveniente, con el repetido panorama de agua inundándolo todo, y los vecinos visiblemente furiosos.
El malestar de los de la cuadra de Humberto Primo entre Sarmiento y Paz fue tanto cuando ayer volvió a inundarse todo, que un móvil policial debió hacerse presente en el lugar para calmar los ánimos, y evitar que el enojo se transformara en agresiones. Quienes se llevaron la peor parte fueron dos empleados de la firma AySA, que llegaron en una camioneta identificable, y comenzaron con las primeras reparaciones casi una hora después de que el caño volviera a estallar.
Claro que para entonces, los frentes de las casas, los autos, las veredas y la calle se habían ya convertido en un lodazal. Aún cuando las primeras operaciones de los empleados de AySA lograron contener el agua que fugaba, y permitir que se desagotara la zona, las veredas habían quedado ensopadas y pegajosas y la calle seguía visiblemente inundada.
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