Los cortes de Secheep en el suministro eléctrico complican también a otro servicio público, el de agua potable, que presta Sameep. Los colapsos energéticos dejan inoperables las bombas de los centros de distribución, una situación que podría agravarse en el verano.
“Si no hubiera cortes, el servicio en los meses que vienen va a andar bastante bien, porque las inversiones que hemos venido realizando nos pusieron en una mejor situación que cuando iniciamos la gestión”, dijo a NORTE el presidente de Sameep, Gustavo Martínez.
Sin embargo, los cortes de Secheep en el último mes de la primavera chaqueña no son un dato auspicioso, y ya afectaron la disponibilidad de agua tanto en Resistencia como en el interior.
Puntos críticos
Sameep tiene en Resistencia once centros de distribución, cada uno con su equipo de bombeo para darle presión al agua que llega a esos nodos y permitir la distribución domiciliaria. En los cortes de los últimos días, esos sistemas salieron de servicio con cada interrupción de Secheep, provocando la pérdida de presión y la consiguiente falta de agua.
Como no fueron cortes generales, que dejaran sin electricidad a toda el área metropolitana, sino cortes parciales en cuanto a su alcance geográfico, las caídas del servicio de Sameep también fueron sectorizadas. Los usuarios que tenían con reservas sus tanques, o que pudieron invertir en cisternas de recarga, no sintieron el problema.
No obstante, el punto crítico no está en la capital, sino en La Escondida, por un doble motivo. En ese punto hay una estación de bombeo que permite que el agua que va desde Resistencia hacia Sáenz Peña por el principal acueducto de la provincia, siga viaje hacia la segunda ciudad del Chaco. Y ese lugar está provisto por un tramo de la red eléctrica que llega desde San Martín y Colonias Unidas. “Es uno de los sectores más antiguos del sistema de Secheep, así que es el que más veces se corta. A veces ahí tenemos tres y hasta cuatro cortes en un día”, comentó Martínez. Eso complica la provisión a las localidades que siguen en la línea del acueducto luego de La Escondida.
Más disponibilidad
En contraposición, la buena noticia es que la oferta de agua que brinda Sameep es significativamente mayor que la de años anteriores. “Aumentamos la producción en Barranqueras, con dos plantas de 200 metros cúbicos por hora, el consumo en el Gran Resistencia se controló mucho con la instalación de medidores y el acueducto a Fontana también trajo alivio. Hoy hay mucha mejor presión que años atrás”, dijo Martínez.
Hoy en el área metropolitana hay 60.000 medidores de consumo de agua instalados, lo que representa la mitad del total de conexiones existentes en el distrito capitalino. A fines de 2007, cuando se inició la gestión actual, eran 8.000. Las familias que no tienen medidor tienen un consumo muy superior, porque el derroche de agua no les repercute en un costo mayor de sus facturas por el servicio.
En cuanto al interior, Martínez dice que las obras realizadas y el regreso de las lluvias mejoran mucho el panorama, como sucede con los reservorios de Quitilipi y Sáenz Peña, donde este año se inauguraron plantas productoras de 200 metros cúbicos por hora cada una.
En Barranqueras, además, la producción destinada al acueducto del interior se incrementó en un 40%, aprovechando también la baja en el consumo de Resistencia. En Villa Angela, el viejo reservorio actual tiene una capacidad de 275.000 metros cúbicos, un volumen que cubre ocho meses del consumo de esa localidad. El nuevo tiene una capacidad de 600.000 metros cúbicos, y el de Quitilipi también está en ese orden. Ambos tendrán plantas productoras que permitirán no sólo atender las demandas de esos municipios, sino también la de Sáenz Peña.
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