Docentes de la Universidad de Buenos Aires (UBA) comenzarán a trabajar en el desarrollo de un “mapa social, cultural, político y económico” del agua potable, un recurso que consideran “descuidado en forma alarmante” por la población y cuya posibilidad de acceso es “desigual”.
La convocatoria al trabajo se extenderá a alumnos y egresados de la UBA y otras universidades nacionales, como también a organizaciones ambientalistas, y su objetivo no es aportar un tratamiento académico sino “una perspectiva de trabajo social, que involucre el conocimiento de la gente”.
Vicente Di Cione, geógrafo, profesor e impulsor del mapa, comentó que el proyecto busca obtener la “percepción” que los habitantes tienen sobre el agua potable y “generar una conciencia mayor” sobre la “sustentabilidad” del recurso.
“El agua es un insumo social, pero las condiciones de acceso son diferentes. Hay gente que puede pagar cuatro bidones pero hay otros que siguen tomando el agua de un pozo que no reúne los requisitos más elementales”, comentó Di Cione.
El docente destacó que “las zonas más pobres” de la población del conurbano bonaerense “padecen la mayor cantidad de enfermedades hídricas”.
Sin embargo, expresó que “en el interior” del país muchos habitantes “toman agua de vertientes ubicadas en lugares cercanos a cultivos de soja, sobre la que se arrojan agrotóxicos” que “afectan” la potabilidad del recurso.
Di Ciane y otros docentes convocaron al primero de los dos encuentros para desarrollar el mapa, que se realizará el próximo sábado, a las 10, en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, en Puán 480, de Buenos Aires.
El proyecto “forma parte de un conjunto de actividades de investigación, docencia, extensión y transferencia” que abarcarán a “distintas facultades, departamentos e institutos de la UBA y otras universidades nacionales”, agregó.
Según Di Cione, “no existe en el país un mapa social del agua ni una cartografía ciudadana” de acceso al recurso natural.
Para el geógrafo, “hay un descuido alarmante” en la utilización del agua “a nivel nacional”, producto de la ausencia de un marco regulador.
“Se cree que la falta de agua es un problema de distribución y no de sustentabilidad. Hay un descuido que es alarmante”, afirmó Di Cione.
El segundo encuentro para avanzar en la confección del mapa está previsto para el lunes 30 de noviembre, también en la Facultad de Filosofía y Letras, donde se espera la participación también de representantes de “20 instituciones sociales”.
La iniciativa, además, busca extenderse a otros lugares del país, por lo que “todos los documentos” e información surgida de las reuniones serán difundidos por medio de un foro en internet o por medio de teleconferencias.
“El agua es un recurso social, pero las condiciones de acceso son diferentes. Si esta es la situación actual, con el cambio climático de por medio será peor. Creímos que el agua iba a fluir eternamente”, finalizó Di Cione.
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